La pintura, la única del autor impresionista existente en una colección polaca, fue hallada en una vivienda de la ciudad de Olkusz, en el sur del país. Los agentes detuvieron a un hombre de 47 años sospechoso del robo.

La precariedad de las medidas de seguridad del museo facilitaron el trabajo del ladrón, que no tuvo más que cortar el lienzo para sacarlo del marco y sustituirlo por una falsificación.

El Museo de Poznan adquirió el cuadro en 1906, cuando la ciudad formaba parte de Alemania.