La idea del edificio se basa en la globalización del arte y su desarrollo en relación con la Unión Europea, pero, también, en la reputación e influencia cultural que ha tenido la ciudad de Metz en la historia de Europa. Albergará obras de los siglos XX y XXI y, al igual que su "nave nodriza" parisina, será un gran centro de información, exposiciones, investigación y demás iniciativas relacionadas con los numerosos campos de la creación contemporánea.

Estructura hexagonal

El nuevo centro, situado en una zona clave de la ciudad, el Amphitheatre District, junto a la estación de tren de alta velocidad, se configura como una larga estructura hexagonal que cubre una serie de espacios. Contará con tres galerías con forma de tubos rectangulares que ondearán por el edificio a diferentes alturas, asomándose por el tejado y creando así unos magníficos miradores orientados hacia puntos estratégicos de la ciudad.

Una espiral situada en el centro alcanzará los 77 metros, una alusión simbólica a la fecha de apertura del Centre Pompidou de París. La atmósfera en el interior del edificio será de un color muy claro con techo de madera, paredes blancas y suelos en gris perla y cemento pulido. El tejado está realizado con unidades hexagonales de madera que recuerdan al estampado de un gorro chino. Esta estructura estará protegida por una membrana resistente al agua realizada en teflón reforzado con fibra de vidrio, que proporciona una temperatura ambiente en el interior que garantiza la perfecta conservación de las obras de arte y la comodidad del visitante. 

Distribución atípica

El interior pretende sorprender al visitante, y no se corresponde con la distribución típica de un museo: las áreas de exposiciones pueden variar para adaptarse a las obras de arte contemporáneo, tan heterogéneas. Los arquitectos han pretendido que éste fuera una continuación del exterior a través del uso de grandes cristaleras. Además de las zonas expositivas, el centro cuenta con un auditorio, tienda-librería, restaurante y café. 

La Metz Metropole Community, encargada de facilitar el desarrollo cultural de la ciudad, lidera el proyecto Centre Pompidou-Metz manteniendo una relación muy estrecha con el Centre Pompidou en París. Metz Metropole, a la vez, está invirtiendo en el desarrollo económico de la ciudad apoyando el turismo, la planificación y renovación urbana y las infraestructuras. Poco a poco, la ciudad se está convirtiendo en un foco importante de atracción no solo de la región de Lorena, a la que pertenece, sino también para el resto del país, Luxemburgo, Alemania y la zona valona de Bélgica.

Foco de atracción

Metz, una de las ciudades con mayor patrimonio arquitectónico medieval de Francia, siempre ha sido un polo de atracción e intercambio cultural y económico en Europa. Siempre ha sido vía de paso de dos grandes rutas: la que une el mar del Norte con el Mediterráneo (desde Ámsterdam hasta Marsella) y la que une París y Europa del Este, enlazando Múnich, Praga y Viena. Su estratégica localización ha sido un factor muy importante a la hora de elegir esta ciudad para llevar a cabo un proyecto de esta envergadura.

La política de este nuevo centro está clara: promover constantemente la cultura, particularmente mediante la atracción de nuevos públicos, prestar una atención particular a los niños y llevar a cabo un acercamiento innovador y multidisciplinar a la expresión artística y cultural.