Un conjunto arquitectónico y un trazado urbanístico compacto y homogéneo que parece que nos atrae hacia su interior a la búsqueda de rincones cada cual más oculto y callejas cada vez más intrincadas, o que nos incita a escalar esas cuestas empedradas a la espera de descubrir alguna sorpresa final.

Rodeada de una magnífica muralla románica del siglo XI, construida sobre una antigua base romana, la fortificación, encargada por el rey Alfonso VI en el 1091 a dos maestros de geometría, Casandro Romano y Florín de Pituenga, sirvió por fin para proteger a la entonces muy escasa población de la villa de las continuas guerras, conquistas y reconquistas entre moros y cristianos.

Aunque las murallas han sufrido varias modificaciones a lo largo de su historia, desde los trabajos de mantenimiento rutinarios que durante siglos se realizaban con el llamado reparo de los muros, hasta los trabajos de restauración casi definitivos que se emprendieron a principios del siglo XX, todas estas intervenciones han respetado la esencia original del monumento, de modo que hoy en día se pueden considerar como el único recinto militar cristiano que se conserva en Europa tal y cómo se construyó.

Y en un maravilloso rinconcito de estas murallas, en un edificio adosado a ellas, antiguas caballerizas del palacio de los Dávila, a pocos metros del Arco del Rastro y de la casa natal de Santa Teresa y ubicado en un entorno auténticamente castellano, se halla el restaurante mesón El Rastro, del que se conoce su existencia desde 1883 y nuestro destino hoy para comer dentro de Ávila.

Un edificio sobrio, situado en una en una pequeña plazoleta, la recia fachada de piedra y la arquitectura perfectamente integrada con el resto del estilo de edificios antiguos que lo rodean. Al llegar a la plaza, el característico olor de la carne asada ya es toda una tarjeta de presentación. Y una vez dentro, sobran las presentaciones, porque la sensación es como de encontrarte en tu propia casa: un pequeño saloncito de lectura para la espera, un comedor diáfano, luminoso, con una monumental chimenea de granito. Y la típica cocina castellana, verdadera, contundente, que siempre apetece: sopas de ajo, judías del Barco de Ávila, patatas revolconas, chuletón, cordero asado, trucha escabechada…en fin, todo un recital de gastronomía de la zona.

Mesón El Rastro.
Plaza del Rastro, 1. Ávila.
Teléfono. 920 21 12 18.

dboscawen@gmail.com