Una interesante iniciativa que se originó en el Guggenheim de New York, donde sus fiestas llegaron a convertirse en las más sonadas y que a base de unir arte y música está consiguiendo atraer al público más joven, que por poner un ejemplo, el pasado 23 de enero pudo disfrutar de sesiones dirigidas por la mismísima Alaska, en una actuación denominada The Mexican Acid Queen que ofreció una de las pocas oportunidades en las que se puede ver pinchar a la mítica cantante de Fangoria.