Un encuentro dedicado a la celebración de la new wave (nueva ola) de la cocina, en contraposición a la nouvelle cuisine (nueva cocina) que se puso tan de moda hace unos años.

El OFF es un festival pensado más bien para los geeks de los alimentos que para los curiosos. Los dos días de actos se centraron básicamente en demostraciones de cocina de tipo informativo, con el auditorio dividido entre grupos de "salados" y de "dulce", además de dos salas de pequeños productores ofreciendo muestras de sus vinos, calvados, quesos y otros productos artesanales.

Si alguien quería ver a Iñaki Aizpitarte, el superstar de Le Chateaubriand de París, emplatando en la misma fuente que sale en la pretenciosa película que se rodó en el Beaubourg, o estaba deseando aprender el laborioso proceso que Régis Ferey, chef de pastelería del Sarkozy, organiza cada vez que monta un postre, éste es, sin duda su sitio.

Cocina y humor, una apetitosa mezcla

Un festival en que se mezclan, de forma casi mágica, las habilidades y el humor de los diferentes cocineros, presentando platos de apariencia engañosa en los que por ejemplo, una planta como el salsifí se convierte inesperadamente en un tapón de corcho, la sandía en carne de res, y burbujas de jabón de los platos envían mensajes al móvil de un comensal.

El español Andoni Luis Aduriz, chef del restaurante Mugaritz de Rentería (Guipúzcoa), el cuarto mejor restaurante del mundo, propuso unos finos medallones de una carne roja entreverada, acompañada de vinagreta, que en realidad eran de sandía. Otra de sus propuestas fue un jabón, con una base de leche de avena y de arroz con agregado de gelatina, rodeado de burbujas.

"El mundo de los cosméticos entra cada vez más en el de la gastronomía", recordó Aduriz. “En los champús hay cada vez más ingredientes de cocina, como la miel, la avena o la manzana, así que no ha sido tan difícil adoptar la idea en sentido contrario: hacer entrar la gastronomía al mundo de los cosméticos". De este último plato reconoció que para crear las burbujas había sido necesario un año de trabajo con un ingeniero.

Pero, afortunadamente, y para tranquilidad de todos los expertos y aficionados, Andoni Luis Aduriz finalizó su intervención con una esperanzadora frase: "Estos platos –comentó– no quedarán en los anales de la gastronomía; su único objetivo es divertirnos".