Con esta estatua, Banksy arremete contra los abusos sexuales de la Iglesia Católica y sus posteriores encubrimientos. El propio artista explica en un comunicado que se trata de un regalo de Navidad para la institución inglesa y comenta cómo «en estos momentos del año es fácil olvidar el verdadero significado del cristianismo, las mentiras, la corrupción o el abuso».

Cedida indefinidamente

La escultura, nunca antes vista, ha sido cedida indefinidamente por el artista a la Walker Art Gallery y se expone junto a obras de maestros del siglo XVII, retablos y otras esculturas religiosas. En concreto comparte espacio con La Virgen y el niño con Santa Isabel, de Rubens, y con un retrato del arzobispo de Sevilla de Murillo.

No es la primera vez que este polémico artista, conocido por sus intervenciones callejeras, expone en un museo. En 2009, el Museo de Arte de Bristol le dedicó una exposición que fue visitada por más de 300.000 personas en tan solo tres meses.