La exposición, que se podrá visitar hasta el 5 de mayo, refleja la vida cultural y social de la Barcelona de los años 60, así como un gran número de retratos de personajes de la época, tanto de la cultura, la Nova Cançó o el flamenco, como Joan Manuel Serrat, Orson Welles, Rafael Alberti,  Pablo Picasso, Terenci Moix, Antonio Gades, Gil de Biedma, Vargas Llosa… en definitiva, toda la Gauche Divine de la ciudad condal.

Fotógrafa consagrada

Colita, en 44 años de profesión, ha realizado más de 40 exposiciones, publicado más de 30 libros de fotografía, y su obra figura en la colección de importantes museos. En  1998,  el  Ayuntamiento  de  Barcelona  le impuso la Medalla al Merito Artístico y en 2004 recibió de la Generalitat de Catalunya la Creu de Sant Jordi.

Sobre esta exposición, la propia fotógrafa ha asegurado que “no se necesita manual de instrucciones, porque esto es lo que hay, sin pretensiones ni inventos. Mi amigo Pepe Baeza ha dicho de mi una gran verdad: Colita hace realmente lo que le da la gana, lo cual me convierte en una superprivilegiada dentro de mi profesión. No soy la mejor, pero os aseguro que probablemente la que se ha divertido más".

Tras 45 años trabajando, Colita ha asegurado que ha colgado las cámaras por "estar hasta el moño, y porque no hay nada ni nadie en la actualidad que me ponga caliente, pero como suelo hacer lo que me da la gana, igual mañana me pongo a montar una magnifico reportaje sobre banqueros en la cárcel. Pero no prometo nada".

 

Colita desde el principio

Colita nació en Barcelona, en pleno corazón del barrio del Ensanche, un 24 de agosto de 1940. Estudia hasta los 17 años en el Sagrado Corazón, y tras acabar el preuniversitario de letras, se traslada un año a París para estudiar Civilización Francesa en la Universidad de la Sorbona.

A su vuelta a Barcelona, conoce a los fotógrafos Oriol Maspons, Julio Ubiña y Xavier Miserachs, de los cuales aprende el oficio. En 1961, trabaja un año con Xavier Miserachs, como laboratorista y estilista. En 1962, trabaja en el archivo de personajes de la película Los Tarantos del director Rovira Beleta, traba amistad con su protagonista, la genial bailaora de flamenco Carmen Amaya. Se aficiona al arte flamenco y se traslada a Madrid, donde se instala dos años. Realiza las fotografías de promoción de Antonio Gades y La Chunga. Fruto de este período, es su libro Luces y sombras del Flamenco (Editorial Lumen, 1975).

La añoranza por el Mediterráneo y su ciudad natal, la devuelve a Barcelona. Eran los últimos años del Franquismo y colabora con la prensa progresista del momento: Fotogramas, Tele-expres, Mundo diario o Destino. Su primera exposición fue Evocaciò del modernisme (Colegio de Arquitectos, 1965), una colectiva de artistas plásticos como Argimón, Curós, Jordi Galì, Guinovart, Oriol Maspons, Ràfols Casamada, Tharrats o Román Vallès. Alterna la prensa con la fotografía de cine, colaborando con la denominada Escuela de Barcelona (Aranda, Camino, Esteva, Duràn, etc.), lo que le da la oportunidad de trabajar con los mejores directores de fotografía del momento: Luis Cuadrado, Juan Amorós o Fernando Arribas.

Se especializa en retrato, y es considerada la fotografa de la denominada Gauche Divine barcelonesa. En 1967, colabora estrechamente con la discográfica Edigsa, y el movimiento de La Nova Cançó Catalana, realizando campañas de prensa y promoción, portadas de discos, pósters, etc.

Su afición a la novela policiaca y de misterio, hace que Beatriz de Moura, directora de Tusquest, le confíe la colección Serie Negra, que compagina con la dirección del departamento de fotografía de la revista Vindicación Feminista hasta 1978. Durante la transición democrática, colabora con Interviú, Reporter, Cuadernos para el diálogo, La calle, Boccaccio

Tras la llegada de la democracia, se especializa en fotografiar su ciudad y área metropolitana, evidenciando sus cambios y evolución, y siempre reflejando la vida cultural y social de Cataluña.