El secretario valenciano de Cultura, Rafael Ripoll, ha explicado que «la importancia de esta exposición radica también en el trabajo de investigación que ha encabezado la bisnieta del artista, Blanca Pons-Sorolla, y que ha permitido localizar dibujos y pinturas preparatorias que se encontraban dispersas principalmente en colecciones particulares. Muchas de estas piezas son totalmente inéditas y se podrán ver en su conjunto en el catálogo, además de una pequeña selección que aparecerá en la muestra».

Ésta es la tercera muestra que prepara la Institución Sorolla desde su creación y ha sido posible gracias a la colaboración entre la Institución Sorolla y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, que ha cedido para la ocasión el lienzo objeto de estudio.

Escena costumbrista

Joaquín Sorolla Bastida pintó en 1898 el gran lienzo Comiendo en la barca. Después de ocho años pintando en la orilla del Mediterráneo, éste es el último de un conjunto de cuadros de escena costumbrista que se desarrolla en la cubierta de una embarcación de pesca. Es una obra cumbre dentro de su género, que participó en la Exposición General de Bellas Artes de Madrid de 1899 junto a otras entre las que destacaba Cosiendo la vela. Sorolla fue premiado en aquella ocasión con la Gran Cruz de Isabel La Católica y Comiendo en la barca fue adquirido por treinta mil pesetas, la suma más alta pagada por una obra española en esa época.

El asunto del cuadro es sencillo: un grupo de pescadores se dispone a comer en la cubierta de una barca de pesca que se encuentra varada en la arena. Se protegen del sol con la vela que descansa sobre la botavara de la embarcación a modo de toldo. En un segundo término, la proa de la barca reverbera al sol de un día resplandeciente; más allá se recorta el azul del cielo sobre el del mar.

Sorolla elaboró al menos 13 obras que comparten temática con Comiendo en la barca: un gouache y doce óleos. Se conservan, además, cuarenta dibujos que guardan con esta obra estrecha relación. Este conjunto de obras destaca no sólo como ejemplo principal de la maestría y buen oficio sino también como momento cumbre de su particular modernidad.