Un buen número de estas obras se pueden contemplar hasta dentro de un mes en la exposición El cosmos de la vanguardia rusa: Arte y Exploración espacial, 1900-1930, que analiza en la sede de la Fundación Botín en Santander la estrecha relación entre el arte y la ciencia rusa antes y después de la Revolución de Octubre de 1917.



Una nueva era

Cuando los soviéticos, adelantándose a los estadounidenses, lanzaron el Sputnik, en las obras de sus grandes artistas, años antes, ya se adivinaba esa nueva era. Imágenes de 1920 de Ivan Kudriashev y Mikhail Plaksin evocan espectros de gases, su liberación y su combustión. Malevich representa también la sensación de vuelo en sus pinturas abstractas mientras que los poetas describían horizontes ocultos y atmósferas enrarecidas.

A veces los artistas perseguían incluso realizar/desempeñar profesiones en paralelo, como el arquitecto Georgii Krutikov que diseñó ciudades voladoras o el pintor Nikritin, imaginando zeppelines y ovnis. La exposición reúne obras de los artistas rusos más significativos y relevantes que trabajaron en la época anterior y posterior a la Revolución, como Kandinsky o Malévich, y pone de relieve la relación entre sus creaciones y la investigación astrofísica y cosmonáutica de principios del siglo XX en Rusia.

Planos y modelos originales

Además de obras maestras de la pintura o del dibujo, fotografías y posters originales de época, la muestra incluye planos y modelos originales de las primeras maquetas de cohetes y aviones procedentes de veinte colecciones extranjeras.

La exposición cuenta con la aportación del State Museum of Contemporary Art-Costakis Collection de Tesalónica (Grecia) y de la Aliki Costakis Private Collection de Atenas (Grecia). Además de préstamos de las instituciones rusas más importantes, incluye piezas del Centro Georges Pompidou de París, el Muzeum Sztuki Lodz de Polonia, el Museu Te Papa de Nueva Zelanda o la Galeria Lorenzelli de Milán.

Como complemento de la muestra se ha editado un completo catálogo en español e inglés en el que, además de la reproducción fotográfica y catalogación de las obras presentes en la exposición, se incluyen seis textos de importantes especialistas que ofrecerán un enriquecedor panorama del arte y las exploraciones espaciales en la Rusia de principios del siglo XX, además de una bibliografía especializada.

 

La percepción sobre el espacio

Más de un centenar de obras –pinturas, dibujos, pósters, fotografías de época y primeras ediciones de libros y álbumes– ponen de relieve en Santander la percepción sobre el espacio que tenían los artistas rusos de los años 1910 y 1920: Kandinsky, Malévich (ambos representados con obras claves para entender la ruptura que supuso la vanguardia rusa de aquellos años, como El Circulo Negro, óleo de 1929 de Kazimir Malevich, y varias Composiciones musicales de W. Kandinsky) o las obras de Aleksandr Rodchenko y Vladímir Tattlin.

Junto a ellos, otros genios menos conocidos en occidente, pero igualmente relevantes para la historia del arte ruso como Pavel Filonov, Petr Foteev, Georgii Krutikov, Mikhail Matiushin o Pavel Mansurov.

La exposición se completa con objetos relacionados con las primeras investigaciones espaciales: el modelo de 1913 de Konstantin Tsiolkovsky, los componentes del aeroplano Letatlin de V. Tatlin (1929-32), las máquinas visionarias de Ari Shternfeld y de Fridrikh Tsander (1924), y una reproducción del Sputnik (1957) realizada para esta ocasión.

 

Santander. El cosmos de la vanguardia rusa: Arte y Exploración espacial, 1900-1930. Fundación Botín.

Hasta el 19 de septiembre de 2010.

Comisarios: John E. Bowlt, Nicoletta Misler y Maria Tsantsanoglou.