La serie Nueva York empieza con la sensación  experimentada en el monte Pagasarri (Vizcaya) hace más de  treinta y siete años por Zubiaga, quien ha afirmado que con estas fotos intenta “transmitir esa sensación de vértigo, el movimiento y el placer que sentí hace ya muchos años. La fotografía no es sólo una imagen, sino también un autentico estimulo capaz de transmitir sensaciones. Continuo en la actualidad con este proyecto, con series realizadas en Groenlandia, Namibia y próximamente en la Amazonía peruana”.

La experiencia como escuela

Alfonso Zubiaga lleva siempre una cámara Hasselblad con respaldo digital consigo allá donde va. Su necesidad de consumir imágenes es infinita, cuanta más consume, más necesita consumir y al llevar la cámara encima constantemente, termina consumiendo todo aquello que tiene a mano. De las 24 fotografías que conforman la serie, catorce se podrán visitar en esta exposición que permitirá contemplar el estilo del autor bilbaíno, imágenes manipuladas digitalmente pero siempre a partir de una toma real.

Licenciado en Ciencias Económicas, Zubiaga pronto descubrió que su gran pasión podría tener futuro profesional. Su primer trabajo como jardinero le dio la oportunidad de conocer desde dentro el mundo del cine colaborando durante 8 meses en la ambientación de la película Greystoke, dirigida por Hugh Huston, el mismo de Carros de fuego. La posterior ambientación de En busca del arca perdida también le permitió conocer de cerca la forma de trabajar de Spielberbg.

Tras una larga estancia en Londres, donde coincidió con la creación del grupo Box Browny, fijó su estudio en Madrid en 1984 y comenzó a realizar trabajos para algunas de las agencias de publicidad, revistas y editoriales más importantes del país. De su otra gran pasión, los viajes, Zubiaga comenta que "con ellos he aprendido a observar y captar la belleza de las cosas en su espacio natural, realizando numerosos reportajes". "Mi escuela ha sido la experiencia, además de muchas horas de investigación", asegura el fotógrafo.