Rogier Van der Weyden (Tournai 1399/1400-Bruselas 1464) fue, junto a Jan van Eyck, el pintor más importante de los Países Bajos durante los años centrales del siglo XV y su influencia se hizo sentir de forma decisiva en numerosos artistas del momento e, incluso, hasta bien entrado el siglo XVI. La maestría de sus composiciones, la elegancia en las actitudes y proporciones de sus figuras, y el profundo dramatismo de sus gestos, son algunas de las características que han permitido consagrarle como uno de los grandes maestros de la pintura universal.

Origen incierto

Rogier realizó El Calvario probablemente en torno a 1460, cuatro años antes de su muerte, para la Cartuja de Scheut, próxima a Bruselas, institución a la que estuvo muy estrechamente ligado. La obra fue vendida por la Cartuja en 1555, según figura en los documentos de sus archivos, pero se desconoce exactamente quien fue su comprador. Se sospecha que fuera la Gobernadora de los Países Bajos, María de Austria, más conocida como María de Hungría, la que la adquirió antes de su partida definitiva a España en 1556 acompañando a su hermano, el emperador Carlos V.  Aunque también pudo ser directamente su sobrino Felipe II, quien estuvo también en ese año de 1555 (desde agosto) en la ciudad de Bruselas. Sea de una forma u otra, la obra entra en las colecciones reales españolas a partir de este momento.

Los diversos avatares por los que ha pasado en el Monasterio de El Escorial –los distintos cambios de ubicación dentro del edificio, el traslado forzoso a Madrid durante la invasión napoleónica, etc.– tuvieron consecuencias sobre el estado de conservación de esta excepcional tabla de madera de roble compuesta de trece paneles de fino grosor, como es habitual en este tipo de tablas flamencas del siglo XV, cuyas grandes dimensiones la hacen ser realmente única en su momento.

Estado de conservación

El estudio y posterior restauración de El Calvario de Weyden será llevada a cabo por el equipo de restauración del Prado en colaboración con los técnicos de Patrimonio Nacional, para lo cual el Museo pone al servicio del proyecto los medios técnicos y la experiencia adquirida en la restauración de obras sobre tabla en las últimas décadas, incluida la de El Descendimiento, del mismo autor, intervenida en 1993.

El proyecto contempla, en un largo proceso de trabajo, un estudio complejo y completo de la obra para poder alcanzar la mejor solución para el tratamiento de conservación y restauración que requiere. Tras los tres años aproximadamente que se calcula necesario invertir en el estudio y restauración de El Calvario, y una vez concluida la intervención, la obra se exhibirá en el Prado durante tres meses antes de su regreso a El Escorial.

Este proyecto se incorpora al programa de restauración del Museo del Prado que cuenta con el patrocinio de la Fundación Iberdrola desde el pasado año 2010.

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