El cuadro, que sufría un grave craquelado y deformaciones en el soporte, ha sido colocado en un nuevo bastidor con tensores regulables sin adhesivos, para proteger la cara posterior del lienzo. La restauración ha incluido la retirada de todos los repintes que presentaba la obra, así como la eliminación de una cola orgánica, aplicada en anteriores intervenciones.

Refinado lenguaje

 La obra Cristo y la mujer adúltera corresponde al pasaje evangélico que narra el encuentro de Jesús en el Templo de Jerusalén con un grupo de escribas y fariseos que, con la intención de cuestionar sus enseñanzas, le muestran a una mujer acusada de adulterio.

La mano derecha de Jesús, que se muestra abierta, como si suplicara piedad o invitara a la tolerancia, ocupa el centro de la composición. La mujer, cabizbaja y con las manos atadas, escucha en silencio, flanqueada por los acusadores. La blancura de su piel destaca en la penumbra que domina la escena, representada desde un punto de vista bajo, lo que confiere monumentalidad a la pintura. El equilibrio de las formas y la elegancia de los gestos ponen de manifiesto el refinado lenguaje pictórico del que siempre hizo gala Van Dyck.