Los temas que elige Colin surgen de la vida cotidiana y reflejan las realidades de una época en la que lo trivial se convierte en objeto de interés principal. Interpreta los mitos no como formas estéticas sino como elementos inmersos en un todo social, cultural o histórico, poseedores de un sentido, de un significado o de un valor representativo de esta realidad. El artista italiano centra su discurso artístico en resolver como la sociedad reinterpreta a los mitos clásicos. Sus obras son pequeños retablos semióticos desde donde investigar y traducir signos y mitos a partir del modelo de la sociedad actual.

Arqueólogo de nuestra época

Colin es un arqueólogo de nuestra época, atraído, no por las continuidades, sino por los descartes y las dispersiones. Es consciente de que la historia se despliega ante nosotros, no como un hilo, sino como una cuerda deshilachada en mil madejas, como trenzas que se sueltan.

En sus Mitografie (Mitografías), parte de una pregunta: ¿En qué se han convertido –para nosotros– Mercurio, Marte, Saturno y Venus? Su apuesta no consiste en iniciar un recorrido nostálgico. Intenta rastrear supervivencias lejanas. Escruta los muchos brotes de clasicismo, a menudo descuidados, diseminados en los intersticios de nuestro presente. Se sirve del mito como de un instrumento privilegiado, no para salir de “este” mundo, sino para recorrerlo de forma distinta, emprendiendo caminos poco explorados. A la escucha de «oráculos parlantes», compone frescos postmodernos, en los que se rompe cualquier centralidad. Comprometido en ir más allá de las reglas habituales del relato, se entretiene en detalles afortunadamente encontrados. Extrae fragmentos sin origen, que funde en almanaques excéntricos, reveladores de un audaz postrealismo.

Técnica compleja

Para dar vida a sus imponentes, inexactos e imperfectos «cuadros», Colin recurre a una técnica compleja. En primer lugar, hojea los periódicos; después, elige páginas en donde aparecen imágenes «reveladoras»; a continuación, arruga esas hojas, con un gesto de intolerancia moral; luego fotografía esas hojas arrugadas; después imprime el archivo en papel de periódico, que se pega sobre un lecho, hecho a su vez de sedimentaciones de papeles de periódico (una especie de «reescritura» de la técnica clásica de la imprimación); finalmente, con ímpetu, interviene con las manos sobre este material, con ulteriores pliegues.

Es como asistir a un seductor naufragio. La obra se da como un tejido encrespado, un arsenal de memorias deshilachadas, un mar agitado por olas, ejercicio dotado de una inesperada consistencia plástica y poética.

Valencia. Gianluigi Colin. Mitografías. IVAM.

Del 23 de noviembre al 22 de enero de 2012.

Comisario: Vincenzo Trione.