Este escáner analiza todas las capas de la tela casi sin tocarla para elaborar el mapa completo de la obra. Los expertos creen que Goya pudo haber pintado en la obra oculta a uno de los generales más próximos al rey José I. La figura inacabada revelada con la nueva técnica luce un uniforme de general francés.

Una de las explicaciones dadas por los investigadores a la doble pintura es que la del oficial galo fuera abandonada al huir las tropas de Napoleon de Madrid en 1813. Una década después, Goya pintó a Satué en circunstancias difíciles. El artista apoyó la Constitución liberal de 1812, y cuando Fernando VII restituyó el absolutismo, poseer una tela con un modelo napoleónico era muy comprometido. De ahí que pintara otro encima. 

Obra única en Holanda

El Retrato de Don Ramón Satué –de 107 X 83.5 cm– pertenece desde 1922 a la colección del Rijksmuseum, y es la única pieza de Goya guardada por un museo holandés.

El lienzo se encuentra actualmente en el Museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam, y regresará al Rijksmuseum en 2013.

La imagen del retrato oculto obtenida con rayos X puede verse en la página web del Rijksmuseum, que publicará próximamente un extenso artículo con todos los detalles del hallazgo.

Historia de un lienzo

Don_Ramon_satue_goya

Ramón Satué era el sobrino de don José Duaso y Latre, también retratado por Goya como agradecimiento por haberle acogido secretamente durante la represión anti-liberal. Satué fue alcalde de Casa y Corte, como indica la inscripción del lienzo, pero su cargo acabó en 1820. Este lapso de tiempo ha provocado diferencias de opinión en cuanto a la fecha de ejecución de la obra. Algunos autores creen que la última cifra de la fecha de la inscripción pudo haber sido manipulada, cambiando un supuesto 0 por el visible 3. Además argumentan que el parecido de este retrato con el de Tiburcio Pérez Cuervo, realizado en 1820, es evidente. Sin embargo, parece que el número es original, como el resto del texto. Probablemente Goya quiso recordar el cargo que Satué ocupó en su día. 
Aunque el conde de la Viñaza sugería que Goya debió haber pintado este retrato cuando estaba oculto en casa del tío de Satué, sabemos, gracias a Sánchez Cantón, que el pintor permaneció en casa de Duaso entre enero y mayo de 1824, de modo que no sería posible.

El retratado aparece en pie, visto de tres cuartos. Lleva un traje de casa negro, con chaleco rojo y camisa blanca abierta en el cuello, dejando ver ligeramente el pecho. El pelo está alborotado. Tiene las manos en los bolsillos del pantalón, en un gesto varonil y de seguridad en sí mismo. Goya ha concentrado toda la expresividad en el rostro, de mirada intensa y casi desafiante hacia el espectador. Contrasta la ágil factura del cuerpo con la del rostro, más pausada y definida. El fondo grisáceo es totalmente plano. La paleta de colores, muy limitada, solo se alegra por el rojo del chaleco que asoma bajo la chaqueta abotonada.