Nacido en Tanger en 1944, José Hernández se inició en las técnicas del grabado en su ciudad natal en 1967, habiendo producido desde entonces una abundante obra gráfica en la que se incluyen numerosas ediciones de libros de bibliofilia. A su extensa labor de pintor y grabador, se añaden sus trabajos como ilustrador de libros y de escenógrafo y figurinista en proyectos teatrales y cinematográficos de la más variada naturaleza.

Connotaciones simbólicas

Hernández ha desarrollado un estilo muy personal en el que se funden una minuciosa técnica de dibujo con un mundo de connotaciones simbólicas y mágicas marcado por el surrealismo pictórico. Son sus temas centrales la figura humana y la arquitectura, ambas en proceso de descomposición y ruina, invitando a una continua reflexión sobre la caducidad de todo lo vivo, sobre lo inexorable del paso del tiempo. Monstruos y ruinas cargados de simbología literaria, siempre con referencias a un espacio teatral, inestable, en perpetuo cambio.

José Hernández ha sido galardonado con distintos premios nacionales e internacionales en España, Alemania, Polonia, Bulgaria, Italia y Noruega, entre los que destaca el Premio Nacional de Bellas Artes de 1981. Miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, también pertenece a la Academia Europea de las Ciencias, las Letras y las Bellas Artes de París. En 2006  recibió el Premio Nacional de Arte Gráfico, siendo en la actualidad el Académico Delegado responsable de la Calcografía Nacional de Madrid. En 2007 la Fundación Real Casa de la Moneda le concedió el Premio Tomás Francisco Prieto.

 

Madrid. José Hernández: Claroscuro. Real Casa de la Moneda.

Hasta el 1 de febrero.