Al igual que en la mayoría de las demás técnicas exploradas por Kirchner, en la fotografía valoraba más la exploración de sus recursos que la precisa aplicación de los mismos. Por ejemplo, estaba menos interesado en una iluminación homogénea que en el juego de la claridad y la oscuridad, en los matices de la luz, en los campos de sombra y en las luces brillantes. Al igual que otros artistas de su tiempo, Kirchner utilizaba las tomas fotográficas para recordar motivos e ideas para sus composiciones, o incluso como puntos de partida directos para las pinturas, los grabados o las esculturas.

Fotografía documental

Pero Kirchner utilizó la fotografía sobre todo como medio documental. En cerca de 1.500 instantáneas plasmó sus cuadros, esculturas, así como un gran número de dibujos, grabados y obras textiles. Siete álbumes de fotos del Kirchner Museum Davos atestiguan la sólida conciencia del artista respecto a su propia historiografía: quería tener presente su inmensa obra y, al mismo tiempo, preservarla para la posteridad.

Fundador y principal impulsor del grupo expresionista alemán Die Brücke (El Puente), Ernst Ludwig Kirchner comenzó a pintar de forma autodidacta al tiempo que estudiaba arquitectura en la Technische Hochschule de Dresde, en la que se diplomó en 1905. En 1904 se trasladó temporalmente a Múnich, donde trabajó en el estudio de Wilhelm Debschitz y Hermann Obrist y conoció el grabado en madera a través de la obra de Durero. En junio de 1905, de nuevo en Dresde, participó –junto a Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff– en la creación del grupo Die Brücke, de ideas revolucionarias y una intensa actividad en común.

Su interés por el arte primitivo, que contemplaba en el Museo Etnográfico de Dresde, se vio reflejado tanto en su obra como en los muebles y murales que fabricó para el estudio que compartía con Heckel en una antigua carnicería del barrio obrero de Friedrichstadt. En octubre de 1911 se trasladó a Berlín, donde pintó sus obras más significativas y comenzó a tener un cierto éxito que le llevó a ser seleccionado para el Armory Show, exposición de arte europeo contemporáneo celebrada en Nueva York en 1913. Fruto de sus contactos con los componentes del grupo expresionista de Múnich, los miembros de Die Brücke fueron incluidos en la exposición de Der Blaue Reiter (El Jinete Azul) de 1912.

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Aislamiento e inhabilitación

Su movilización en la Primera Guerra Mundial le causó un fuerte deterioro en su salud física y mental, que terminó con su inhabilitación en 1915 y su consiguiente traslado a Davos, donde vivió aislado el resto de su vida. En las montañas de Suiza comenzó de nuevo a pintar y a escribir crítica de arte bajo el seudónimo de Louis de Marsalle. Tras la llegada al poder de los nazis en Alemania y la confiscación y destrucción de sus obras, Kirchner sufrió una recaída de su estado depresivo y se suicidó en junio de 1938.

Su obra mantuvo siempre la simplificación formal expresionista y el uso arbitrario del color. Como los demás pintores de Die Brücke, evolucionó desde un primer momento de influencia de Van Gogh a un estilo más sintético y bidimensional, de pinceladas gruesas, y una mayor autonomía del color. Su temática estuvo en un principio dedicada al paisaje, con o sin figuras, y al desnudo, y más tarde se centró en el ajetreo de las calles berlinesas de las que, entre 1912 y 1914, pintó unas memorables escenas. En Suiza volvió la pintura de paisaje de un creciente misticismo.

Madrid. Ernst Ludwig Kirchner. Fundación Mapfre.

Del 26 de mayo al 2 de septiembre de 2012.

Comisaria: Karin Schick.

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