Por un lado, es el lugar en donde se forma en valores igualitarios, de tolerancia y de respeto a la diversidad humana y, por otro, es el marco en que se busca disciplinar el cuerpo y la mente de los individuos para que encajen en determinados parámetros de poder y de normalización.

Visión utópica

El proyecto de Martínez Oliva, que se presenta por vez primera en la galería Pepe Cobo y cía (Madrid), se sustenta en dos elementos principales. El primero, de rotunda presencia física, consta de una serie de pupitres dispuestos en el umbral del espacio expositivo de tal modo que se convierten en un obstáculo para quien se proponga acceder al interior del mismo. Las mesas de trabajo de los estudiantes se han transformado en tornos como los que a menudo se yerguen en las fronteras.

El segundo elemento se compone de una hilera de dibujos y collages que ocupa longitudinalmente una pared. La mayoría reproducen formas geométricas (cuadrículas vacías, rectángulos, líneas y mallas) que remiten a abstracciones propuestas por algunos artistas de la modernidad, como Albers, van Doesburg y Mondrian, adalides de una visión utópica de la realidad, pero que pueden sugerir, también, rejas y estructuras aprisionadoras.

Lugares de contención

Todos estos dibujos se ven interrumpidos por fotos alusivas a lugares de contención, a barreras y a símbolos políticos supuestamente integradores pero que destilan en la práctica exclusión, rechazo y miedo.

Jesús Martínez Oliva ha expuesto su obra en la Fundación Miró (Barcelona, 1994), La Gallera (Valencia, 1998) y la sala Verónicas (Murcia, 2005). Además, participó en la última edición de la Bienal de Venecia (2009) en el Pabellón de la Urgencia.