Nueva impresión
La nueva sala Alice Tully es el primer proyecto ya completado de una renovación que costará un total 1.200 millones de dólares y que abarcará todo el Lincoln Center, hogar de la Filarmónica de Nueva York, la Ópera Metropolitana, el ballet de la ciudad, la ópera y el Teatro Vivian Beaumont.
Este complejo fue construido en los años 60 sobre las barriadas escenario de West Side Story y sus correspondientes bandas y, por ello, el Lincoln Center se construyó como si fuera un fuerte, con paredes blancas enajenantes, muy divorciado de la estructura de la ciudad. La impresionante entrada transparente resume toda la nueva impresión que se quiere transmitir: un destino popular abierto al vecindario que espera atraer público, sea o no amante de las artes.
En las próximas semanas se tiene previsto que el público pueda visitar la cámara interior -con 1.100 butacas- y disfrutar de una serie de conciertos de música de cámara y de orquesta, trabajo coral, recitales individuales, música popular, étnica y películas.



El centro de arte más grande del mundo, la sala Alice Tully en el Lincoln Center de Nueva York, ha reabierto sus puertas esta semana tras una reforma en la que se han invertido casi dos años y 159 millones de dólares. Una alta fachada de cristal de tres pisos que se ve desde Broadway es la nueva cara de este edificio que cuenta con paneles acústicos, sueño de cualquier músico, y paredes con madera proveniente de África que brillan en un tono ámbar en la oscuridad. Prestigiosos músicos han alabado ya las renovadas instalaciones y han podido comprobar la calidad del sonido en el recinto.











