Como contrapunto a su diversidad creadora, Le Corbusier trabajó con el objetivo de reconstituir la síntesis de las artes. Esta síntesis se hace realidad en el museo, en el espacio expositivo, la casa para un artista o para un coleccionista de arte. La línea argumental de esta búsqueda se hace particularmente visible en el concepto del espacio expositivo del siglo XX, en el que realizó contribuciones determinantes. El museo es el genuino programa de la arquitectura moderna.

A través de una selección de sus principales proyectos arquitectónicos consagrados a la actividad artística y al espacio expositivo, es posible descubrir ahora en el CAAM el proceso que conduce a la creación de un nuevo concepto de espacio arquitectónico, al mismo tiempo plástico y sensorial, ligado a la fenomenología del dinamismo perceptivo. Desde que en 1922 comenzó su relación con Raoul La Roche como cliente, se puso de manifiesto la doble dirección de esta búsqueda: Le Corbusier creó la colección de arte para el empresario y concibió la Villa La Roche para albergar una colección cubista.

Concepto purista

Mientras tanto, Jeanneret continuaba su obra como pintor y se estrenaba en la actividad expositiva. Le Corbusier expone recorre igualmente las sucesivas propuestas expositivas a través de reconstrucciones de las exposiciones más significativas de su obra. La evolución permite comprobar el concepto purista asociado al color, el tratamiento del espacio y la presencia de la obra como ejes principales del proyecto expositivo.

La etapa posterior, Exposición Louis Carré (París, 1935), está dominada por los objetos de reacción poética, con asociaciones en escala doméstica de objetos diversos, algunos de ellos objets trouvés (objetos encontrados). El salto a la escena estadounidense en 1948 conduce a una etapa dominada por un sentido publicitario de la exhibición, que permitió una sucesión de exposiciones itinerantes en América y Europa (Boston, 1948). Las tentativas teóricas se consolidaron en experimentos comparativos desde el boceto al cuadro definitivo (Denise René, París 1952). El Modulor sugirió nuevos experimentos (Lyon, 1956) y, finalmente, sus efectos tridimensionales fueron ensayados en el MoMA (1963).

La exposición del centro de arte canario se compone de dibujos originales de los proyectos, maquetas y fotografías; también, óleos, obra gráfica, esculturas, tapices… Todos ellos han sido tratados para transmitir las nociones expositivas de Le Corbusier. La muestra se complementa con la edición de una publicación bilingüe (español e inglés) que recoge la tesis de la exposición y difunde el abundante material que se expone y que apoya la recreación rigurosa de los ambientes expositivos.

Publicaciones y conferencias

Para la sede en Besançon se editará una publicación bilingüe (francés e inglés) que incluirá además los aspectos relativos a la contribución del arquitecto Louis Miquel, discípulo de Le Corbusier, en el propio Museo de Besançon.

Por otra parte, el Centro Atlántico de Arte Moderno ha organizado un ciclo de conferencias, que completan el proyecto expositivo, cuyo inicio tuvo lugar el pasado 17 de diciembre con la intervención de Stanislaus von Moos, y a la que siguió otra de Serge Fauchereau (17 de febrero). Las próximas previstas serán las dedicadas a Enrique Granell (24 de febrero), Emmanuel Guigon (24 de marzo) y Maisa Navarro (7 de abril).

Las Palmas de Gran Canaria. Le Corbousier Expone. CAAM.

Hasta el 10 de abril de 2011.