El proyecto expositivo ofrece, por primera vez, una visión general de la trilogía, en la que el artista dialoga con la ciudad a través de la publicidad y la propaganda, tratando de desvelar su particular visión acerca de las vinculaciones existentes entre los poderes imperantes y las realidades y anhelos del colectivo que las habita. La muestra reúne un total de 58 obras, compuestas por 45 fotografías, 9 instalaciones y 4 vídeos, pertenecientes a las series Alrededor del sueño (Estados Unidos, New York), En Cuba  y China.

Usando la fotografía como técnica principal de expresión artística, Ángel Marcos nos sitúa delante de lo cotidiano haciéndonos reflexionar sobre nuestra propia condición. Sus obras están cargadas de un gran atractivo plástico que nos devuelven al mundo con una realidad crítica poco común. Existe un interés por fotografiar lugares que podrían denominarse el “no lugar”, el lugar en el que los sueños se proyectan y se interrumpen, se definen y, al mismo tiempo, se vuelven imposibles e irrealizables.

Las fotografías juegan con la falsa certeza colectiva de la “fotografía-verdad”, sin embargo, el reconocimiento por parte del autor de que son imágenes construidas hace situarse al espectador en una posición crítica.

Amplia selección

Estos trabajos se han expuesto hasta ahora de forma parcial, pero nunca conjunta. En esta ocasión, en el MACUF se muestra una selección de imágenes de los tres archivos para ofrecer una visión general de la trilogía y la columna que lo vertebra, que no es otra que la ciudad como orden determinado y determinante de la idea de progreso en detrimento del Estado-Nación como forma política de orden.

Con este proyecto se quiere apuntar al hecho de cómo, en un tiempo desnudo de coberturas ideológicas donde se piensa en la existencia de estados pos-nacionales o supranacionales, ciudadanías plurinacionales, etc., inscritos en un marco general de integración de lo diverso y lo plural, los grandes sueños colectivos del siglo XVIII y XIX nos ofrecen su desactualización en imágenes residuales de fuerte impacto conceptual e historiográfico.

Desde el «sueño» estadounidense, personalizado en unas cuantas calles-escenarios de Manhattan donde es posible interpretar el éxito y la gloria de la publicidad como negación de la ciudad misma, hasta las imágenes de arquitecturas coloniales vencidas por el tiempo y la tozudez de un pueblo atascado en los grandes relatos revolucionarios, pasando por la experiencia de un modelo comunista que tras el desmantelamiento de los dos bloques no ha tenido otra opción que liderar el llamado milagro chino a través de las imágenes producidas por un sueño que no es suyo, sino que lo ha tomado prestado del occidental.

Escenarios diversos

Los tres escenarios propuestos tienen algo en común, que deben su eficacia a la desaparición de la centralidad del mundo del trabajo con su promesa de un nuevo mundo. La gente, por decirlo de otra manera, se ha difuminado, y con ello, la posibilidad de otro mundo. Ahora sólo hay un mundo y es éste, un mundo que no es para nadie, pues solo está dispuesto para las transacciones y el intercambio. Bien es cierto que estos intercambios se orientan al crecimiento continuo, por tanto es un mundo en constante cambio, un mundo opuesto al producido por la historia, por las instituciones, es decir por la continuidad. Un mundo, en definitiva, que crea su propia dinámica de desarrollo y donde la experiencia humana es subsidiaria. ¿Normalidad, entonces, o resultado de la aplicación de modelos teóricos reformadores?

La desocupación y evacuación de personas de los escenarios dispuestos para interpretar el mundo actual, es el tema central de la obra de Ángel Marcos en la trilogía Alrededor del sueño. Escenarios para el vacío. Una desocupación que apunta a la necesidad de recurrir a las reservas de esperanza para que la realidad sea algo más que lo que muestra.

Como se ha apuntado en otro lugar, el autor nos remite al punto ciego de Canetti: más allá del cual las cosas han dejado de ser verdaderas. Ángel Marcos, para realizar estas imágenes, ha situado el disparador de su mirada en un espacio comprendido entre el deseo y lo «real», como construcción resultante del hecho histórico de haber reemplazado la seducción por la producción. Al apartarse voluntariamente de los discursos significativos de la producción que caracteriza el mundo moderno, el autor nos aparta del camino de la demostración, lo visible, calculable, etc., y con ello nos introduce en el juego de las apariencias, la ambigüedad y el enigma: ¿dónde está la ciudad?.

 

 

La importancia del encuadramiento cultural y político de las imágenes

 

Ángel Marcos (Medina del Campo, 1955), pese a haberse dedicado previamente a la fotografía publicitaria e industrial, no se adentra en el territorio artístico hasta 1992, momento en el que, con motivo de un encargo fotográfico acerca del Teatro Calderón (Valladolid), presenta su primera exposición individual, Un viaje por el teatro Calderón. Desde esa fecha decide dedicarse por completo a la fotografía artística y empieza a exponer tanto en ferias como en los más importantes centros y museos nacionales e internacionales (MUSAC de León, Nationale Suisse Assurances de Basilea, Margulies Collection de Miami, Siemens Foundation, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Colección DKV, etc.).

Algunos de sus principales proyectos artísticos son Paisajes (1997), Alrededor del sueño (2001), Rastros (2007), En Cuba (2004), China (2007), Camino de Santiago (2008) y La mar negra (2010).

Ángel Marcos ha convertido el “género” del paisaje en una constante en su trabajo, en el protagonista principal de sus fotografías, íntimamente ligadas a la idea de viaje y al diálogo con el territorio recorrido, relegando a las personas, en caso de que aparezcan, a un discreto segundo plano. Esta idea de viaje, entendida no solo como desplazamiento físico, sino como toma de conciencia e indagación personal, la ha desarrollado a lo largo de toda su producción artística, desde sus primeras series, en las que captaba los campos de Castilla, hasta sus últimas obras en las que se aleja de España cada vez más y recorre medio mundo para mostrarnos su visión personal de lugares tan diferentes como pueden ser Nueva York, China o Cuba.

Para Marcos sigue siendo prioritario el encuadramiento cultural y político de las imágenes, esto es, su ubicación y su significado en un contexto de información global como el actual. Algunos críticos hablan de documentalismo construido, es decir, de una representación, cuya estrategia compositiva logra rebajar esa huella absoluta de lo real. Ante todo le interesa cómo las imágenes nos aportan significados.

 

 

La Coruña. Alrededor del sueño (escenarios para el vacío). Museo de arte contemporáneo de Gas Natural Fenosa (MACUF).

Del 24 de mayo al 11 de septiembre de 2011.

Comisario: Fernando Illana.