Arte y provocación, que posteriormente viajará por otras ciudades, como Almagro, Buenos Aires, Córdoba o Sevilla, hace un recorrido por los momentos más importantes de la vida artística, social y creativa de Miguel de Molina.

Fotografías de una vida

La exposición comienza con una cronología de su vida en la que se podrá admirar fotografías de los personajes con los que mantuvo una estrecha relación, tanto amistosa como profesional, desde Pastora Imperio a Manolete, Jacinto Benavente, Manuel de Falla o Lola Flores, hasta importantes personalidades de Argentina y México, como Agustín Lara, María Félix o Eva Perón.

Otra parte importante de la muestra es la colección de carteles de teatro y cine, como el del Amor Brujo y los de sus actuaciones en Argentina, como el del Teatro Odeón. También se exhibe su filmografía y se descubren imágenes recuperadas de sus primeros cortos, como Luna de Sangre y Manolo Reyes, o su largometraje Esta es mi vida, donde interpreta algunas de sus más reconocibles canciones, como La Bien Pagá, La Hija de Don Juan Alba y Viva Sevilla.

Vestuario esencial

Lo más llamativo de esta exposición de más de 400 piezas es su vestuario, un aspecto esencial de su carrera, ya que era el propio De Molina el creador y supervisor de toda su confección. En la muestra sorprenden 16 de sus famosas blusas y 41 pares de botas con originales diseños que De Molina utilizó en sus actuaciones.

Acompaña a esta exposición la publicación de Miguel de Molina, libro que reúne el legado del artista y en el que colaboradores, expertos y allegados describen, desde la admiración o su estrecha vinculación con él, sus diferentes facetas. Entre otros, participan Natalia Figueroa, Pedro Mansilla, José Blas Vega, Diego Galán, Roger Salas, Juan de Loxa, Carlos Herrera o Salvador Valverde.

El libro se completa con una serie de testimonios, de personalidades de ayer y de hoy, como Gómez de la Serna, Carlos Arniches, Alberti, Andrés Segovia, Pasión Vega, José Menese, Rafael, Vitorio y Luchino, Miguel Ríos, Sara Montiel o José Sacristán.

 

Miguel Frías Molina

Miguel de Molina (Miguel Frías Molina) nació el 10 de abril de 1908 en el barrio de Capuchinos de Málaga. En su autobiografía Botín de guerra, cuenta: “Yo llegué al mundo en una España en la que reinaba Alfonso XIII y en una Andalucía en la que quienes gobernaban eran la pobreza, el hambre, los terratenientes, la ignorancia (…) El mundo del teatro me fascinó. Con 13 años ya decidí que un día sería artista".

En Madrid, fui aprendiendo de los maestros del cante y el baile en el mítico Villa Rosa de la Plaza de Santa Ana. Fue en el 31 cuando se me despertó la idea de subir a un escenario como artista del baile y la canción andaluza (…) Debuté en el Teatro Romea de Madrid. Entonces nacieron mis famosas blusas, que diseñé y cosí yo mismo. Manuel de Falla, Laura de Santelmo, Lamote de Grignon, Tony Triana, mi primer Amor Brujo…Yo era un don nadie y compartí escenario con estos monstruos.

El 10 de noviembre de 1939 estaba de nuevo en Madrid, trabajando en el Teatro Pavón cuando, de pronto, tres tipos aparecieron en mi camerino y me obligaron a que les siguiera (De Molina era homosexual). Fui raptado hasta los altos de la Castellana donde me dieron una feroz paliza".

Miguel de Molina fallece en su casa de Buenos Aires el 4 de marzo de 1933. Sus restos se encuentran en el Panteón de Actores del cementerio de La Chacarita en Buenos Aires.