Concebida a base de divertidas instalaciones que tienen como base el humor y la relación con el visitante, Miralda. De gustibus non disputandum, como se titula la exposición, propone un recorrido lleno de fantasía por su amplia trayectoria partiendo de un contexto histórico y artístico global, desde sus primeras obras y ceremoniales públicos realizados en París en la década de los sesenta, hasta las grandes intervenciones intercontinentales del proyecto Honeymoon (1986-1992), para llegar a FoodCulturaMuseum (2000-2010), su proyecto más reciente. La muestra se compone de instalaciones, montajes fotográficos, proyecciones de películas, esculturas/monumentos, objetos y dibujos preparatorios.
Único y pionero
Destaca la presentación de Stomak Digital, una base de datos o archivo digital que pone a disposición del usuario toda la obra del artista hasta la fecha, digitalizada y ordenada por temáticas o tipologías. Es una instalación en forma de mesa mostrador en la que se puede “degustar” la información archivada de toda la obra del artista: experiencias, documentos videográficos, documentos, colecciones de objetos y mensajes.
El proverbio latino escogido por Miralda como título de la presente exposición nos remite a la riqueza de una producción artística tan única como pionera. Su creación nos transporta del objeto a las grandes fiestas ceremoniales, del espacio privado al público, de lo íntimo a lo monumental y de lo local a lo universal.
Inseparable de un contexto
Su obra, inseparable de un contexto social y político, es un trabajo de observación ‘sobre el terreno’ cercano a la etnología. Es testimonio y herramienta de la deconstrucción de prejuicios y esquemas formales preexistentes. Las actividades de Miralda –uno de los primeros artistas en huir del espacio opresivo del estudio y del museo– se desarrollan en la calle y en espacios ajenos al circuito del arte.
Las obras expuestas deben ser leídas como puntos de referencia que jalonan un recorrido por los temas más complejos y vitales de nuestra sociedad. Estos temas son codificados por el artista en una iconografía singular –a veces a escala colosal– al encuentro de un lenguaje vibrante y participativo, basado en la celebración de los sentidos, del color, de la vida y de lo imaginario.
Madrid. Miralda. De gustibus non disputandum. Palacio de Velázquez del Retiro. Museo Reina Sofía.
Del 24 de junio al 11 de octubre de 2010.



Inédito, obsesivo, emprendedor, polífacético, artista plástico, antropólogo, analista... de muchas formas se puede clasificar a Antoni Miralda (Tarrasa, Barcelona, 1942), un autor al que se ha vinculado en numerosas ocasiones con el arte kitsch, el conceptualismo catalán y los nuevos realismos contemporáneos que presenta desde mañana su primera retrospectiva en el Palacio de Velázquez de Madrid, que abre de nuevo sus puertas al público cinco años después de iniciado su proceso de reforma. 











