Esa transformación es la que ha trascendido como el logro principal de esta trabajada propuesta, y su mérito tiene, como refleja sin ir más lejos que la Close esté nominada al Oscar a Mejor Actriz. Pero el drama del protagonista –una mujer que se hace pasar por hombre para defender su independencia y su puesto de trabajo– toca muchos otros palos y, sin ser una cinta redonda, aporta argumentos más que sobrados para que no debamos dejar de verla.

Perspectivas múltiples

Ahí están la incomunicación, y su prima-hermana la soledad; la capacidad de ilusionarse del ser humano, ese aferrarse como sea a un clavo ardiendo persiguiendo la pura y dura supervivencia, la frustración, la incomprensión, la entrega y, en definitiva, la tantas veces sinrazón, sinrazones, del amor.

En fín, mucho Charlot, personaje en el que la propia Close confiesa haberse inspirado, en ese rostro aparentemente inexpresivo pero que habla alto y claro acerca de los secretos, el excepticismo, los sueños y aquello que Ortega y Gasset dejó dicho: «cada uno es cada uno y su circunstancia». La de Albert Nobs conduce a una película de perspectivas múltiples, ¡no se la pierdan!

Albert Nobbs

Dirección: Rodrigo García

Intérpretes: Glenn Close, Mark Williams, Mia Masikowska, Aaron Johson, Janet McTeer y Brendan Gleeson

Reino Unido / Irlanda. 2011. 113 minutos