La exposición establece un diálogo entre la obra de estos dos artistas. De diferente sexo pero de igual talento, nunca les unió el haber sido amantes, como suele suceder en estos casos, sino compañeros de profesión. Así, esta exposición no sólo saca a la luz piezas clave de la vanguardia rusa, sino que pone de relieve la nueva situación de igualdad sexual que se produjo en el arte de la Revolución Rusa, en la que por primera vez hombres y mujeres jugaron un mismo papel en la sociedad y en el arte.

Si nos dejamos guiar por la calidad o por los temas de las 350 obras expuestas, el trabajo de Popova y Rodchenko es imposible de diferenciar. La única manera de hacer una distinción entre ambos, es llevarnos por nuestra propia subjetividad, y elegir, según nuestros propios criterios, al que nos guste más. Yo sinceramente me quedo con los dos, lo demás es cuestión de gustos.

La Rusia del momento 

En el siglo XIX, Marx y Engels formulan la teoría del materialismo dialéctico, que tendrá fuertes repercusiones en el arte del siglo XX, especialmente en Rusia. De esta manera, se tomaba de la obra de Marx la idea de que el arte es una “superestructura” cultural que está determinada por la situación económica y social del hombre.

En la Rusia de principios del siglo XX, sociedad y arte se cruzan y entrecruzan hasta el punto de que somos incapaces de diferenciarlos. Los revolucionarios intentaron reinventar la sociedad y lo que esta podía llegar a ser. Los artistas redefinieron el arte no sólo a nivel formal, sino también su propósito y su fin. Así, tras la Revolución de Octubre, surge una generación de artistas, que no quieren componer, sino construir, un nuevo arte al servicio de una nueva sociedad, desligado del gusto, la emoción o cualquier elemento propio de la burguesía. De golpe el debate artístico sólo tiene relevancia si surge como reflexión sobre la condición del trabajador y de la sociedad en la que este intenta sobrevivir.

En los años que siguieron a la revolución, el mundo tuvo que reconstruirse, y por lo tanto también el arte, que es hijo de su tiempo. Los nuevos artistas soviéticos estaban política y socialmente comprometidos, dispuestos a construir, como si se tratase de ingenieros, un nuevo mundo.

Al servicio del pueblo

Rodchenko y Popova suponen el pistoletazo de salida de una vanguardia militante, que decide poner sus manos al servicio del pueblo, declarando a voz en grito la muerte de la pintura burguesa y ensimismada, en pos de los nuevos valores de la construcción. Rodchenko y Popova parten de dos grandes de la abstracción geométrica, Kasimir Malevich y Vladimir Tatlin, y de ellos toman la idea del artista ingeniero, que aplica sus materiales con la objetividad de un científico. El término “Construction Art”, que acuñó Kazimir Malevich, no siempre se entendió como un halago, tachándoles algunos artistas de meros artesanos, como decía Naum Gabo, “o bien crear casas y puentes funcionales o crear arte puro, no los dos”

Como parte del movimiento constructivista, Rodchenko y Popova despreciaron las ideas de representación ilusionista, creyendo que solo el lenguaje universal de las formas abstractas podría, realmente, poner el arte al servicio de la gente. Rodchenko empezó a investigar la línea como único elemento esencial de la obra de arte al considerar el color, el tono, la textura y superficie como mera decoración, o técnicas para imitar el mundo de los objetos reales.
 
Tras los primeros años de tanteo, deciden renunciar definitivamente a la pintura, anunciando su muerte en 1921. Para remarcar este final, realizaron la exposición 5×5=25, realizada con Varvara Steponova, Alexander Vesnin y Alexandra Exter, que supuso la transición desde ese medio tradicional, la pintura, al diseño gráfico, la moda, el teatro, la fotografía y el cine. Asimismo declararon que a partir de ese momento solo harían arte para la vida diaria: productivismo.

Rodchenko y Popova se pasaron la vida defendiendo ser personas de su tiempo, viviendo en un determinado momento histórico y social en el que participar y por el que luchar, con el paso se los años su obra ha demostrado que ese tiempo no ha podido con ellas.

Madrid.  Rodchenko y Popova. Definiendo el constructivismo. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Hasta el 11 de enero de 2010.