El componente esencial del trabajo de Rosângela Rennó (Belo Horizonte, Brasil, 1962) es hacer que la fotografía sea visible, como realidad material, como sistema de representación y como soporte de la memoria colectiva. La fotografía se ha convertido en uno de los depósitos más relevantes de la memoria y los sueños, en tantas ocasiones frustrados, de nuestra civilización. Rennó desarrolla un trabajo de exploración y rescate, apropiándose de imágenes fotográficas ya dadas, encontradas, que al ser mostradas con voluntad y contexto artísticos adquieren una dimensión más intensa de sentido.

Materia de Poesia (para Manoel de Barros) (2010), cuyo título hace referencia a una cita del poeta de Barros, está compuesta por un conjunto de fotografías a gran escala en inkjet digital reunidas en seis módulos de seis imágenes cada una. Los trabajos consisten en una condensación de imágenes resultantes de la yuxtaposición de un grupo de diapositivas (encontradas o compradas en rastros o tiendas de anticuario). El resultado es casi un borrón de las imágenes originales, a través de la acumulación de información en una superficie negra de donde emergen unas fragmentadas, descontextualizadas y fantasmales imágenes. El título de otra publicación del citado poeta parece aclarar qué vemos en estos trabajos: “Casi un retrato borrado donde uno puede ver perfectamente nada”. Esta serie refleja el diario y ordinario uso atribuido en el pasado a las diapositivas. Actualmente, es casi una práctica obsoleta, como es el social acto-ritual de compartirlo con familia y amigos.

Febre do Cerrado (2008) parte del deseo de la artista de conocer en el 2008 la región de Minas Gerais que inspiró a su ilustre compatriota João Guimarães Rosa. Rennó ideó un viaje cuyo objetivo era fotografiar remolinos, pero finalmente no lo realizó. Tras este viaje frustrado, la artista realizó una gran investigación entre fotógrafos -amigos, desconocidos y famosos– que hubiesen llevado a cabo esta hazaña y que pudieran compartir no sólo la documentación de ese fenómeno natural efímero, sino también las sensaciones experimentadas al fotografiarlo. El testimonio de los otros es un agente activador: compartir historias es hacerse el fotógrafo de la literatura. Si fotografiar es apropiarse de la cosa en sí misma, apropiarse de fotografías es apropiarse doblemente de las cosas, de la cosa en sí como de la copia de la cosa. Es, por tanto, un "doble poder" y un "perversidad al cuadrado". El remolino -un fenómeno que surge y se desintegra en segundos y, obviamente, difícil de fotografiar- tiene un gran significado simbólico en Minas Gerais, ya que es visto como una especie de materialización del demonio. Incluso aunque no quede una imagen como testimonio, siempre queda el relato, la narrativa, el recuerdo, la pena y la cicatriz. Aunque nada sustancial haya cambiado en el paisaje, se percibe que ha habido una presencia fugaz, como un calor, un perfume o los acordes de una canción.

Bouk (Ring/loop) (2009), un vídeo cuyas imágenes fueron tomadas en la Isla de Reunión, departamento francés de ultramar en medio del Océano Índico, durante un viaje en coche alrededor de la isla en 2006. El vídeo, editado tres años después, supone una vuelta sobre el viaje, como si la idea del retorno y su eternidad sólo fuese posible a través del sonido y de la imagen de atrás hacia delante, en un bucle sin fin. Las secuencias de imagen fueron extendidas o ralentizadas en un tiempo tres veces más largo y, posteriormente, superpuestas en tres capas para conservar el tiempo exacto de grabación. Cada capa de imagen fue tonalizada con los colores básicos de la tricromía de impresión (cyan, magenta y amarillo) y su superposición generó una imagen en movimiento con una improbable combinación de grises y blancos, imprecisos y fugaces.

La persistencia del frágil blanco y negro parece siempre amenazada cuando una de las capas desaparece, antes de la introducción de una nueva tercera capa que restaura la falta de color, en un proceso cromático que parece desafiar eternamente las leyes de la imagen técnica. El sonido, casi de mantra, obtenido por la reversión de las músicas de Daniel Waro, cantadas en lengua criolla, es un lamento indescifrable que acompaña las imágenes que se resisten a desaparecer en blanco y negro, de la misma manera que la lengua criolla desafió y resistió la dominación del conquistador. Es en las islas donde el fenómeno criollo se manifiesta y resiste, guardando su matriz original y componiéndose de blancos y negros.

Finalmente, el título del libro de artista 2005-510117385-5 se refiere al número de archivo de la investigación criminal de la policía brasileña después del robo de 751 fotografías de la colección de la Biblioteca Nacional Brasileña (Río de Janeiro) que tuvo lugar durante la huelga de trabajadores en 2005. Tras cinco años, la investigación aún sigue abierta, ya que sólo 101 fotografías, todas ellas mutiladas para borrar las marcas de registro de propiedad de la Biblioteca, han sido devueltas al archivo. El libro creado por Rennó es un álbum fotográfico donde sólo se puede ver la parte posterior de las fotografías. La imposibilidad de tener acceso a la imagen es una metáfora de la laguna que ha significado para el patrimonio visual brasileño este robo. Los ladrones escogieron fotografías históricas, con gran demanda en el mercado fotográfico, dejando un vacío en la memoria histórica brasileña.

Madrid. Rosângela Rennó. La Fábrica Galería.

Del 7 de abril al 29 de mayo de 2010.