Esta obra estudia la técnica pictórica del Greco a través del análisis de los soportes que utilizaba, de su dominio en el manejo de los pigmentos y su forma de mezclarlos, y de la ejecución de la composición. Se reúnen así las conclusiones de esta extensa investigación para mostrar su forma de entender el espacio, la perspectiva o la intensidad de la luz frente a las sombras, esa luz con la que consigue crear sus vibrantes colores llenos de matices y contrastes.

Un minucioso trabajo que se adentra en las distintas etapas de su producción: partiendo de uno de sus primeros iconos en la etapa cretense, San Lucas pintando el icono de la Virgen del Museo Benaki; pasando por su etapa italiana y la influencia que ejerció sobre su pintura, tanto técnica como estéticamente, en obras como el Tríptico de Módena de la Galleria Estense; hasta su definitivo establecimiento en España, etapa en la que se analizan los distintos géneros pictóricos, desde el retrato y el cuadro devocional hasta los grandes proyectos de sus retablos, y en la que se incluyen dos obras finales e inacabadas que son fundamentales en su evolución.

El excepcional número de originales que el Prado atesora del Greco, unido al de obras realizadas por miembros de su taller o seguidores, constituyó el punto de partida para acometer el estudio técnico del proceso creativo del artista, el primero que se realizó en el Gabinete de Documentación Técnica cuando éste inició su andadura en el año 1979-80 y que estableció el método de investigación técnica de una obra de arte.

Tras el análisis de esta colección, más de medio centenar de lienzos del cretense y su círculo procedentes de otras instituciones llegaron a los servicios de documentación técnica y restauración de la institución, incrementando así la documentación disponible para comprender la obra del Greco, pero también el funcionamiento de su taller y su legado, argumentos fundamentales a la hora de separar las obras del maestro de las copias, imitaciones o derivaciones de sus seguidores.