Enmarcado en la conmemoración de este 2025 como Año Castelao, la muestra propone una visión revolucionaria de su vida y universo artístico, recreando su imagen y su voz, y partiendo de una amplia documentación histórica y archivos visuales conservados en diferentes instituciones.
Una de sus claves es una instalación inmersiva con videomapping dentro de un gran cubo de papel. En este espacio, los visitantes tendrán, además, la oportunidad de volver a escuchar la voz de Castelao, gracias a un trabajo de recreación con tecnología de inteligencia artificial generativa a partir del único registro sonoro conservado: el mensaje, en castellano, que él mismo grabó en fonopostal en la Central de Correos de Buenos Aires, con motivo del estreno de Os vellos non deben de namorarse en Montevideo en 1941.
El archivo se sometió a un depurado del sonido para, a continuación, entrenar una inteligencia artificial para reproducir con fidelidad el timbre, entonación y textura de la voz, combinándolo con el trabajo de locutores profesionales a partir de textos de publicaciones como Cousas, Sempre en Galiza, Alba de Gloria o el Diario 1921. La exposición ofrece así una recreación lo más fidedigna posible de su voz original, suponiendo la primera vez que se puede oír a Castelao hablar gallego desde su fallecimiento en 1950.
Además, la muestra contará en el próximo curso con una oferta didáctica destinada a los centros de enseñanza.
Admirado y querido
Castelao fue uno de los intelectuales gallegos más importantes del siglo XX. A los nueve años emigró con sus padres a Argentina. Tras regresar a Rianxo en el año 1900, estudiaría Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela, pero apenas ejerció la profesión. Autodidacta y polifacético, desde muy joven se volcó en las artes plásticas y acabó convirtiéndose en un reputado artista de gran popularidad. Paralelamente emprendió la que sería una prolífica y singular obra literaria. Sus textos y caricaturas, con los que retrató la vida de la gente común y denunció las injusticias sociales, aparecieron regularmente en los principales medios escritos gallegos.
Entre su obra impresa destacan las narraciones Un ollo de vidro (1922), Cosas (1926, 1929, 1934), Os dous de sempre (1934) y Retrincos (1934); los ensayos As cruces de pedra na Bretaña (1930), Sempre en Galiza (1944) y As cruces de pedra na Galiza (1950); la obra de teatro Os vellos non deben de namorarse (1953) y los álbumes ilustrados Cousas da vida (1925) y Nós (1931).
Además de célebre escritor, pintor y dibujante, fue una de las personalidades más fecundas del movimiento galleguista. Diputado en las Cortes durante la Segunda República, tras la guerra civil formó parte del gobierno republicano en el exilio.














