Pero nunca se sabe. ¿Será éste uno de esos casos fallidos, o por el contrario nos encontramos ante una verdadera aportación al mundo de la hostelería?
La cadena alemana de restaurantes `s Baggers acaba de inaugurar en Nuremberg un local tipo “Juan Palomo: yo me lo pido, yo me lo como". Se trata de un establecimiento sin camareros, donde los comensales se sientan en la mesa adjudicada y a través de unas modernas pantallas táctiles hacen su correspondiente pedido, previo pago mediante tarjeta de crédito.
Artilugio mecánico
Las comandas pasan directamente a la cocina, situada en el piso superior, y al cabo de un tiempo razonable y como por arte de magia, aparece en tu propio sitio el plato solicitado, gracias a un ingenioso y complicado artilugio mecánico a base de raíles y barras metálicas transportadoras, en forma de espiral, que de algún modo parecen trasladarte al interior de un gigantesco móvil de Calder.
Los promotores del invento declaran que su filosofía es que “con nosotros los clientes se sientan totalmente como en su casa”, comentario que inevitablemente lleva a pensar en qué tipo de casa extraordinaria vivirán ellos y cómo harán para tomarse un sencillo café por las mañanas. Vaya estrés, así, de inicio del día, con tanto trajín…
Por otra parte, habría que probar la experiencia en vivo para saber en que estado llegan determinados platos, como por ejemplo unas sopitas de ajo, después del ajetreo de la montaña rusa montada desde la cocina a la mesa. Puede que incluso aprovechen el tinglado para que el bacalao al pil-pil vaya ligando la salsa por el camino. Vaya usted a saber.
`s Baggers®
Am Steinacher Kreuz 28
D-90427 Nuremberg
Tel. +49 (0) 911 / 477 90 90
Fax +49 (0) 911 / 477 90 92



A estas alturas estamos ya bastante acostumbrados a que en el ámbito de la gastronomía aparezca cada cierto tiempo algún visionario con una nueva e infalible fórmula que a nadie se le había ocurrido hasta el momento, pero que asegura “revolucionar el sistema actual de…”, “ser un revulsivo que marcará historia…”. También es verdad que, casi por norma, los usuarios solemos recibir este tipo de noticias con una reticente incredulidad, que de algún modo compensa el entusiasmo del impetuoso innovador.











