El Prado ha emitido un comunicado en el que recuerda la «brillantez intelectual que demostró en todas las etapas de su fecunda vida pública y que supo trasladar al ámbito de la cultura y de la gestión de la primera institución cultural del país. En sus años al frente del Patronato supo hacer valer su talento, su fina inteligencia y también su capacidad de liderazgo para conducir al Museo del Prado al lugar de privilegio que hoy ocupa en el corazón de los españoles».

La pinacoteca recuerda también su «tremenda energía vital, acompasada con una infatigable voluntad de diálogo», con la que acometió el reto de la nueva ampliación del Museo con la incorporación del Salón de Reinos. «Ese será uno de los grandes legados de su presidencia que él, con toda seguridad, extendería a todos los miembros del Patronato y a los sucesivos gobiernos con los que convivió».

Amante del arte, discreto como era, Pérez-Llorca no podía reprimir su satisfacción cuando hablaba de la adquisición de La Virgen de la Granada de Fra Angelico, que consideraba su aportación al enriquecimiento de la Colección.

De su empeño vital es también ejemplo el programa de actividades para conmemorar el bicentenario, proyecto en el que se implicó al máximo y en el que tenía una ilusión especial por acercar la institución a la sociedad y refrendar su papel como símbolo de la identidad de España.

«Pérez-Llorca deja un Museo del Prado mucho más grande y querido que cuando asumió las riendas de la institución en octubre de 2012. Y es mérito suyo que el respeto y cariño que los españoles sienten hacia la institución es similar al que todos los trabajadores del Museo del Prado sentimos hoy hacia su figura, su legado y su ejemplo», concluye la pinacoteca en sus condolencias.

José Guirao, ministro de Cultura, también ha puesto de relieve su figura “como un hombre de consenso, generoso, siempre al servicio de la institución. Sin duda le vamos a echar de menos”.

Constitución

Político, diplomático y jurista, José Pedro Pérez-Llorca fue, además de uno de los siete ponentes de la Constitución, ministro de Presidencia y Relaciones con las Cortes, Administración Territorial y Asuntos Exteriores. Elegido diputado de Unión de Centro Democrático (UCD) en las primeras elecciones tras la restauración de la democracia (1977), formó parte de la ponencia encargada de redactar el borrador de la Constitución. Durante su etapa como ministro de Asuntos Exteriores en los últimos gobiernos de UCD fue uno de los negociadores de la incorporación de España a la OTAN.

Estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció en 1963 con premio extraordinario, y amplió su formación en las universidades alemanas de Friburgo y Múnich, y en la London School of Economics and Political Science.