así como los lugares sagrados de Asia destinados a este fin. Se trata de la primera exposición realizada hasta la fecha centrada en analizar la profunda influencia –tanto física como mental– que ha ejercido el budismo en el arte oriental durante los dos últimos milenios de la historia.

La expansión del budismo

“A pesar de que el budismo –después del cristianismo, el islam y el hinduismo– es la cuarta religión mas extendida del mundo, Buda sigue siendo para la gran mayoría y sobre todo en Occidente, un personaje exótico y desconocido”, explica la directora del Museo de la Asia Society, Melissa Chiu. “Al analizar en profundidad el tema de las peregrinaciones como práctica espiritual primordial en el budismo pretendemos transmitir un conocimiento más profundo sobre la relación entre arte y espiritualidad en Asia”. Por otro lado, Adriana Prose, comisaria del proyecto, explica que lo «novedoso de esta exposición es que permite acercarse al arte asiático desde un punto de vista temático, mas que desde el enfoque cronológico o estilístico; hasta el momento la manera convencional de hacerlo”.

La práctica de las peregrinaciones budistas nació en India a raíz de los viajes realizados por los primeros devotos, que se aventuraban a visitar los lugares donde habían tenido lugar los principales acontecimientos relacionados con la vida del Buda; su nacimiento en Lumbini, su iluminación en Bodh Gaya, su primer sermón Sarnath y su muerte en Kushinagara. A partir de ese momento, comenzó la irrefrenable expansión de esta incipiente religión fuera de las fronteras de India, impulsada por las rutas comerciales, -tanto marítimas como terrestres-, en especial la Ruta de la Seda.

Organización de la exposición

De esta manera, el budismo fue bañando territorios del sudeste asiático, la cordillera del Himalaya y extensas zonas de Asia oriental, fundiéndose con nuevas culturas e incorporando así elementos locales a las tradiciones ya existentes. Los objetos comprendidos en la muestra proceden en su mayoría de India, Japón, Tailandia, China, Bhután o Tíbet, lugares donde el budismo tuvo una gran acogida.

De los más de 90 objetos que se presentan en la exposición, destaca el gran número de géneros que abarcan; empezando por aquellos más comunes tales como pinturas, esculturas, fotografías y vídeos, a otros menos habituales como textiles, manuscritos, objetos rituales, reliquias o incluso mapas. La muestra esta organizada en tres secciones: la primera gira en torno a la vida de Buda y los lugares sagrados de peregrinación; la segunda se centra en el viaje y sus componentes, y la tercera se refiere a la memoria y los recuerdos como partes que integran la experiencia de la peregrinación.

Buda y el sitio sagrado

Siddharta Gautama habría nacido en el siglo VI a.C. en el seno de una familia principesca del clan Shakya, cuyo territorio es ahora la frontera entre India y Nepal. Después de vivir los Cuatro Encuentros con realidades que desconocía, –la muerte, la enfermedad, la vejez y el ascetismo- decidió renunciar a una vida de lujo y opulencia e iniciar una búsqueda espiritual meditando sobre el sufrimiento y dedicándose a enseñar las Cuatro Nobles Verdades. Estas constituyen el fundamento del budismo y son: el sufrimiento existe, el deseo es lo que lo causa, para terminar con el sufrimiento uno debe trascender el deseo, y para trascender este deseo y el apego se debe seguir el Noble Óctuple Sendero.

A partir del siglo III a.C., el budismo inició una rápida expansión hasta llegar a ser la creencia predominante en India, gracias al emperador maurya Ashoka que la convirtió en la religión oficial de su vasto imperio, enviando además embajadores budistas por todo el territorio asiático. Fue también el propio Ashoka quién dividió las reliquias de Buda, y las hizo enterrar en 84.000 estupas o montículos funerarios, que en un principio se ubicaban únicamente en territorio indio, pero que fueron proliferando paulatinamente por todo el continente asiático. Una de las obras destacadas de esta sección es un mapa japonés que muestra la extensión del mundo budista en 1710. La mayoría de los lugares mostrados en dicho mapa son relevantes, ya que reliquias del mismo Buda fueron allí depositadas.

El viaje

Durante siglos, ayudas visuales relacionadas con cada una de las cuatro fases de la peregrinación budista, -la preparación, el viaje, la adoración en el lugar sagrado y el regreso- han sido abundantemente producidas. Estas obras, además de útiles, son de un gran atractivo estético, y dan fe de la correcta habilidad de los artesanos que las produjeron. Se conservan, por otro lado, un gran número escenas y representaciones, tanto pintadas como talladas, en las que se detallan, no sólo la historia de Buda, sino que también describen como y porqué se establecieron ciertos lugares de peregrinación como sacros, y los arduos viajes que tuvieron que hacer los peregrinos para acceder a ellos. En este apartado, destaca un grabado del artista japonés Katsushika Hokusai (1760-1849) en el que muestra a los peregrinos vistiendo blancos mantos, y realizando el difícil camino hasta el Monte Fuji, dispuestos alcanzar una de las numerosas cuevas sagradas excavadas en la montaña.

Otro de los elementos más notables de la peregrinación es el viaje espiritual o viaje interior. Dentro de la tradición budista, existen ayudas que posibilitan la peregrinación cuando el viaje físico está fuera del alcance del devoto. Ejemplo de ellos son los mandalas o diseños geométricos que simbolizan el universo y que sirven de sustitutos visuales de los espacios sagrados. En esta sección se presentan bellos mandalas que combinan temática budista con imágenes de paisajes locales y divinidades.

Recuerdos y vínculos sagrados

Los recuerdos son una parte integral de la experiencia de peregrinación budista. Exvotos y recuerdos, tales como estatuillas y modelos en miniatura de templos, han servido para reproducir los lugares sagrados tanto en forma como en espíritu. Durante siglos, los artesanos han creado para los devotos este tipo de objetos devocionales portátiles y asequibles para colocar en sus santuarios privados.

Estos recuerdos tienen un valor espiritual permanente una vez que el peregrino vuelve a casa, ayudando a mantener un vínculo espiritual con el poder y la santidad del lugar y de inspirar a otros a ir en peregrinación. En Asia oriental, libros y rollos con estampas de los templos y lugares de peregrinación son posesiones valiosísimas, a menudo colgadas o almacenadas para la posteridad. Una placa votiva nepalí del siglo XIV que representa a Shadaksari Avolokiteshvara es uno de los maravillosos ejemplos incluidos en esta sección.

Finalmente, junto a la riqueza de elementos que contiene la muestra, es importante mencionar el documental de dos horas de duración que la acompaña, narrado por Richard Gere y dirigido por David Grubin. En él se explora la vida de Siddharta Gautama, el arte que hay en relación con todo el entramado budista así como entrevistas al Dalai Lama y a reconocidos budistas como Robert Thurman o Trinh Xuan Thuan.