Dentro de una actividad denominada Fetiches y gracias a la cual se da la oportunidad a los socios del Ateneo de exponer objetos que tienen un especial valor sentimental para ellos,  en esta ocasión se trata de juguetes con los que compartieron horas de juego en su niñez.

Según recuerda el propio Ateneo en nota de prensa, "es muy difícil, si no imposible, determinar el origen de los juguetes; pero se sabe que ya en el antiguo Imperio Romano los niños se divertían con tabas y muñecas de marfil".

En sus primeros pasos, el juguete era artesanal incluso en ocasiones eran los propios niños los que los fabricaban, generalmente buscando imitar objetos de la vida real, pero con la revolución industrial se dio un vuelco en la fabricación de estos artefactos de diversión, y la evolución de la tecnología permitió crear objetos cada vez más parecidos a los reales para distracción de los niños.

"En 1.903 se llevó a cabo, por primera vez, la Feria Internacional Americana del Juguete, organizada por los fabricantes de la época con la finalidad de exhibir las novedades de la industria", recuerda la nota, que añade que "en la primera mitad del siglo XX destacarán las muñecas de trapo y los juguetes de hojalata, muchos de ellos con resortes que permitían su movimiento".

"Podemos ver la evolución de la sociedad y de su imaginario colectivo, intelectual y tecnológico a través de los propios juguetes como coches y barcos de principios del siglo XX, norias, aeroplanos, aviones o, a partir de los años cuarenta, toda la temática relacionada con la ciencia-ficción con ovnis, naves espaciales o robots, hasta llegar a los actuales videojuegos", concluye.