Cumplidos los 87 años, Loach sigue demostrando pulso y ojo crítico para contar con inteligencia y lucidez la realidad de una comunidad de refugiados sirios en un pequeño pueblo del noroeste de Inglaterra. Allí, una zona que está viviendo una creciente despoblación como consecuencia del cierre de las minas que en otro tiempo daban trabajo a la mayoría de los habitantes, muchas casas quedan vacías y los alquileres son baratos, por lo que resultan asequibles a quienes desde lejanos y castigados países llegan buscando una oportunidad.

El viejo roble, que también da título al filme, es un clásico pub de la Inglaterra profunda. El ámbito en el que el pueblo se reúne para beber y charlar. En este caso, y ante la crisis que el lugar soporta, el dueño del local vive asediado por las deudas. Aún así, y en su condición de hombre bueno y generoso, entabla amistad con una joven refugiada a la que, pese a la incomprensión de buena parte de su entorno, decide ayudar.  

Al explicar las razones que le llevaron a filmar El viejo roble, una de sus películas más emotivas, el dos veces ganador de la Palma de Oro del Festival de Cannes [por El viento que agita la cebada (2006) y Yo, Daniel Blake (2016)] comenta: «Habíamos hecho dos películas en el noroeste de Inglaterra -la ya mencionada Yo, Daniel Blake y Sorry We Missed You-, historias de personas atrapadas en esta sociedad fracturada. Inevitablemente, ambas terminaban mal. Aun así conocimos a muchas personas fuertes y generosas que responden a estos tiempos oscuros con valentía y determinación. Sentíamos que teníamos que hacer una tercera película que reflejase eso, pero que tampoco minimizara las dificultades que la gente tiene que afrontar y lo que ha sufrido esta zona en las últimas décadas. Había otra historia más larga ahí para contar, y pensamos que podíamos encontrarla».

Calificado como retratista de la sociedad británica, y además de los títulos mencionados, Loach ha rodado largometrajes ya clásicos como Kes, Mi nombre es Joe, Tierra y Libertad, en la que abordaba la lucha del bando republicano en la Guerra de España, Lloviendo piedras, Agenda oculta o Felices dieciséis.

Llega su despedida de la gran pantalla, aunque nunca se sabe, porque como él mismo ha dicho: «Filmar una película requiere un esfuerzo muy grande a nivel físico, y además está mi creciente problema con la visión, ya que con el ojo izquierdo apenas veo, no me siento con ganas de embarcarme en otro largometraje, si acaso en un documental corto».

Ahora, de nuevo a pachas con Paul Laverty, su guionista habitual, con El viejo roble logra un relato cinematográfico social y humanamente realista, que pese a la crudeza de lo narrado deja un poso de esperanza.

La propuesta fue reconocida con el premio del público y el de mejor actor, para Dave Turner, en la 68 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

El viejo roble

Director: Ken Loach

Guion: Paul Laverty

Intérpretes:  Dave Turner, Debbie Honeywood, Andy Dawson y Ebla Mari

Fotografía: Robbie Ryan

Música: George Fenton

Reino Unido, Francia, Bélgica / 2023 / 110 minutos

Distribución: Vértigo Films