En concreto, esta colección permanente está conformada por 269 obras –187 pinturas, 64 esculturas o relieves, 17 dibujos y un grabado– fechadas desde principios del siglo XX hasta nuestros días.

Los fondos del nuevo museo, que dirige Juan Manuel Martín, atesoran obras de, entre otros artistas, Julio Antonio, Benlliure, Sorolla o Beruete, pasando por los modernistas catalanes (Casas, Rusiñol) o el más genuino tradicionalismo y regionalismo simbolista (Romero de Torres, Solana, Chicharro, Zubiaurre, Morcillo), hasta llegar a nuestros días, con Antonio López (26 obras) y el Grupo de Realistas de Madrid, con María Moreno (6 obras), Francisco López (19), Isabel Quintanilla (11), Julio López (11), Esperanza Parada (8) y Amalia Avia (4).

Gracia y encanto

Antonio López explica así el recorrido expositivo: «A la entrada del museo, una escultura de desnudo de mujer de Francisco López es, junto al grupo escultórico de los Reyes, un comienzo brillante que anuncia lo que vamos a ir encontrando. Desde el comienzo, la turbulencia de los estilos se va sucediendo hasta llegar a los trabajos más recientes, siempre con dignidad y verdad, con gracia y encanto. Hay un espacio, el de mi generación, que me alegra y emociona en extremo. Unas pinturas, dibujos y esculturas realizadas por familiares y amigos a los que he querido tanto, llenos de talento e imaginación, a la altura del mejor arte de nuestro tiempo en cualquier lugar. Si yo viviera en Almería visitaría el museo todos los días».

El Museo está ubicado en el antiguo Hospital de Santa María Magdalena, único edificio civil del siglo XVI que se conserva en Almería capital, rehabilitado por la propia Diputación. Esta administración, además, ostenta su titularidad al tiempo que financia el contrato suscrito con la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino, garantizando así no solo su dirección artística sino el desarrollo de los diferentes programas didácticos y de dinamización cultural que conforman su actividad.

Con un privilegiado emplazamiento, el MuReC se asoma al Parque Nicolás Salmerón, en pleno centro histórico de la ciudad y muy próximo a la catedral, al Centro Andaluz de la Fotografía, al Museo de la Guitarra y al genuino barrio de la Almedina, a los pies de la Alcazaba.

Para García Ibáñez la creación de este museo «remedia un error histórico y con él estamos dando cancha a un buen número de artistas que habían sido olvidados. La mayoría de las obras son de autores que han sido muy importantes pero que no estaban representados en ningún sitio. El empuje de la Diputación ha permitido que la sociedad pueda disfrutar de una obras maravillosas que estaban esperando su lugar y momento histórico».

La existencia del Museo Ibáñez de Olula del Río, la riqueza de sus fondos y la realización allí durante 10 años seguidos del Curso de Realismo y Figuración, impartido por García Ibáñez y Antonio López a cientos de pintores venidos de todo el mundo, han convertido a la provincia de Almería en referente del Realismo contemporáneo, papel que ahora se ve fortalecido con la creación de este nuevo museo.

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Emplazamiento único

El edificio cuenta con más de tres mil metros cuadrados que se distribuyen en dos plantas y 13 salas, dos de las cuales se destinarán a exposiciones temporales, ubicadas en torno a un patio central. En este espacio se desarrollará el programa cultural: música, teatro, danza, conferencias, etc.

En uno de sus extremos, a la entrada de la primera galería, se ubica una escultura de los Reyes, obra de López y García Ibáñez. Además, el museo dispone de una sala didáctica y un salón de usos múltiples y convenciones, ubicado en la antigua capilla de Santa María Magdalena.

Distribución

Planta baja

SALA 1. Antonio López y Andrés García Ibáñez. A modo de preámbulo, se justifica en esta sala la creación del Museo del Realismo en Almería, que viene motivada por la relación de amistad entre Antonio López y el almeriense García Ibáñez. Ambos han trabajado juntos e impartido cursos en Olula del Río. Algunas de las obras ejecutadas por ellos en la provincia se exponen aquí.

SALA 2. Maestros de entresiglos. El recorrido histórico de la colección permanente se inicia en este espacio con la obra de grandes autores que nacieron a mediados del siglo XIX y prolongaron lo mejor de su actividad hasta principios del XX. Maestros naturalistas como Sorolla y Pinazo e impresionistas como Beruete, junto a otros como Muñoz Degrain y Emilio Sala.

SALA 3. Realismo y Modernismo. Se representan en esta sala algunas de las corrientes realistas más importantes de las primeras décadas del siglo XX. Junto a modernistas catalanes como Ramón Casas, Rusiñol o Mir se exponen obras de Sorolla y Zuloaga, las dos grandes figuras de este momento. Otros autores andaluces, como Gonzalo Bilbao y López Mezquita, también tienen presencia.

SALA 4. Regionalismo simbolista y tradicionalismo. A lo largo de la primera mitad del siglo XX convivieron variadas tendencias realistas en las distintas escuelas españolas. Junto a La Consagración de la Copla de Romero de Torres, obra icónica de la colección permanente, se exponen creaciones de autores tan importantes como Eugenio Hermoso, Chicharro, Zubiaurre, Maeztu, Solana, Zuloaga, Mateo Inurria y Gabriel Morcillo.

SALA 5. Síntesis y modernidad realista. Junto a las tendencias más tradicionalistas, las primeras décadas del siglo XX tuvieron también artistas que buscaron una depuración estilística, influidos por las vanguardias históricas como el cubismo o los novecentismos. Cristóbal Ruiz, Sunyer, Vázquez Díaz, Zabaleta, Rosario de Velasco y Ramón Gaya son ejemplos elocuentes.

SALA 6. Eclecticismo y modernidad de posguerra. Tras la guerra, muchos de los autores de modernidad realista continuaron su actividad junto a otros de línea más académica o tradicional. Convivieron artistas como Togores, Ressendi, Eduardo Vicente, Prieto Coussent, Mallol Suazo, Genaro Lahuerta, Santonja Rosales, García Donaire y Antonio Campillo.

Primera planta

SALA 7. Antonio López y los Realistas de Madrid. Desde mediados del siglo XX en adelante, el principal foco de renovación del realismo español fue el grupo de los Realistas de Madrid. Junto a su más claro precedente, López Torres, se exponen obras de los siete integrantes del grupo: Antonio López y María Moreno, Francisco López e Isabel Quintanilla, Julio López y Esperanza Parada, y Amalia Avia.

SALA 8. Realistas de Madrid y su órbita. En este segundo espacio dedicado a los Realistas de Madrid se exponen, junto a obras de todos ellos, varias creaciones de autores abstractos y surrealistas de su generación vinculados al grupo por fuertes relaciones de amistad, como Joaquín Ramo, Enrique Gran, Félix Alonso, Lucio Muñoz, Paredes Jardiel y Luis Gordillo.

SALA 9. Realistas de Madrid y su estela. En este último espacio dedicado a los Realistas de Madrid se exponen también obras de autores relevantes pertenecientes a la siguiente generación, algunos de los cuales fueron alumnos de Antonio López. Artistas como Antonio Maya, Mezquita Gullón, Matías Quetglas, Roberto González, Clara Gangutia, Aquerreta e Isabel Baquedano.

SALA 10. Joven realismo. Los talleres de Olula del Río. Se exponen en esta sala las obras de algunos de los realistas más significativos nacidos desde los años cincuenta. Autores como Golucho, Sánchez Zabaleta, Pepe Baena y García Ibáñez son ejemplo de ello. También tienen presencia los más jóvenes que, como Eduardo Millán, Antonio Lara y Nacho Vergara, han participado en los talleres impartidos en esta localidad durante una década.

SALA 11. Antonio López, Francisco López y Julio López. Esculturas

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