No es nada fácil casar sin que chirríe el modelo de cine de tribunales, en el que un juicio marca el casi todo de lo que se narra, con la comedia romántica. Esa mezcla de géneros suele desembocar en películas «pastel» que nada aportan.

No es el caso de la inteligente propuesta de Vincent que nos sitúa ante Michel Racine un personaje taciturno que, como juez, preside un tribunal de lo penal. Racine, tan duro consigo mismo como con los demás, es apodado «el presidente de las dos cifras» pues cuando el está al frente del proceso, al acusado siempre le caen más de diez años de condena.

Todo cambia el día en que Racine se topa en un sórdido juicio a un supuesto parricida con Ditte Lorensen-Coteret. Ella es miembro del jurado popular designado por sorteo, de cuya decisión depende el destino del acusado. Seis años antes, Racine estuvo enamorado de esta mujer, prácticamente en secreto. Ella era la médico anestesista que le atendió cuando el tuvo que estar siete semanas ingresado en un hospital para superar un grave accidente.

Ahora, tiempo después de aquel episodio, se produce el reencuentro, un momento en el que él comprende que quizá sea la única mujer a la que haya amado.

El juez, que ha superado en sus primeras diez semanas de proyección en Francia el millón de espectadores, ganó en la última edición del Festival Internacional de Venecia dos premios, al Mejor Guión y la Copa Volpi al Mejor Actor (Luchini). Por otra parte, en la última gala de los premios Cesar Sidse Babett Knudsen se hizo con el galardón a la Mejor Actriz Secundaria.

El juez
Dirección y guión: Christian Vincent
Intérpretes: Fabrice Luchini, Sidse Babett Knudsen, Eva Lallier, Corinne Masiero, Sophie-Marie Larroury, Fouzia Guezoum
Fotografía: Laurent Dailland
Sonido Philippe Fabbri
Montaje: Ives Deschamps
Francia/2015/98 minutos
Surtsey Films