Había nacido en Madrid hace 42 años y ya con menos de diez anunció su propósito de ser actriz. Un deseo que comenzó a tomar forma cuando, a los dieciséis, se presentó a las pruebas de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y logró plaza en la especialidad de Interpretación. Posteriormente, tras mudarse a Londres, donde trabajaba como camarera, se formó en la Royal Academy of Dramatic Arts.
Como se ha recordado en las últimas horas, su papel protagonista como la desinhibida choni de Yo soy la Juani, el drama firmado por Bigas Luna en 2006, supuso su primera incursión en el mundo del largometraje y le valió la nominación al Goya a la mejor actriz revelación. Luego le caerían otras cuatro nominaciones en estos premios, logrando en 2022 el Goya con su cortometraje Tótem loba, en el que además de directora fue guionista.
Todo ello en una carrera que comenzó con pequeños papeles en series televisivas como Una nueva vida o Paco y Veva. Y solo un año antes del espaldarazo profesional de La Juani, llamó la atención su actuación en el Teatro María Guerrero de Madrid como Beatriz en la obra de Tomaz Pandur Infierno, basada en textos de Dante Alighieri.
Actriz a la que, según propia confesión, nunca le faltó trabajo, Echegui deja su huella a través de personajes complejos: ya sea porque transgreden lo establecido, porque son objeto de incomprensión, porque soportan el peso del desamor o porque luchan sin desfallecer persiguiendo retos o sueños.
En el listado de sus actuaciones figura Seis puntos para Emma, en cuyo rodaje conoció a Álex García, con el que mantendría una relación sentimental a lo largo de doce años y con el que volvería a formar tándem en No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, Kamikaze y El amante, adaptación a las tablas del teatro de la novela homónima de Harold Pinter.
El patio de mi cárcel, dirigida por Belén Macías y producida por Pedro Almodóvar —con la que fue nominada por primera vez al Goya como mejor actriz protagonista—; La casa de mi padre; Bunny and the Bull; La mitad de Óscar; Verbo; Katmandú, con la que, dirigida por Icíar Bollaín, logró el Gaudí; The Cold Light of Day, en la que compartió cartel con Sigourney Weaver y Bruce Willis; Me estás matando, Susana, coprotagonizada con Gael García Bernal; Déjate llevar (Lasciati andare), dirigida por Francesco Amato; La niebla y la doncella, basada en la novela de Lorenzo Silva; La ofrenda; o la producción inglesa Book of Love son algunas de las películas en las que brilla su versatilidad.
Así ha sido hasta su participación en la serie A muerte, dirigida por Dani de la Orden y estrenada muy recientemente. En la presentación de esta historia sobre el reencuentro de un enfermo de cáncer y la publicista a la que interpretaba, la propia actriz declaraba no tenerle miedo al final: «La sociedad se ha esforzado en que le tengamos miedo, pero yo, más que a la muerte, le tengo miedo a la enfermedad, al dolor y al sufrimiento».
Fundido a negro. Con la discreción con la que también salvaguardaba su vida privada, Verónica Echegui se ha ido. El cine pierde su luz.















