Nadie puede negar que los 2010s han sido los años de la explosión de la música latina; quizás por agotamiento de los recursos naturales anglosajones o quizás por la multiplicación de canales que han descubierto la realidad policromática iberoamericana. Y aunque hay una presencia mayoritaria de ritmos caribeños, ha habido también otros focos que han deslumbrado a todo el planeta.

Los colombianos Bomba Estéreo, con su desprejuiciada visión de los géneros, amantes de la música tradicional y a la vez de la más rabiosa modernidad, han seducido al público con vivacidad tropical y multiculturalidad. «Fiesta», de su disco «Amanecer» (2015), respira calle, carnaval y discoteca. «Me gusta to’ ese sabor, la alegría de mi tierra, el desorden y alboroto, que se forma en plena fiesta» canta Liliana, de ascendencia árabe-francesa. Amor por el jaleo y la jarana, una locura que sin embargo la banda contiene con ritmos marciales, guitarras precisas y electrónica de tendencia.

Define la década porque Bomba Estéreo con «Fiesta» muestran su arrolladora energía y el brío de la Latinoamérica multicolor. Colombia ha sido uno de los mayores exportadores de producto musical, pero muchas de sus estrellas han sucumbido al omnipresente reguetón puertorriqueño. Bomba Estéreo, sin embargo, crea temas hiper-estimulantes y variopintos. Rock, rap, electro, cumbia, champeta… Una paleta de colores que enamoró a Will Smith, que al escucharles quiso colaborar con un remix de «Fiesta», después de 10 años sin editar música.