Seguramente, el grupo más interesante y definitorio de la década de los 2000s fue Animal Collective. Su reinterpretación de las enseñanzas de Brian Wilson bajo el prisma del freak folk, el indie experimental y el pop barroco electrónico, iluminó el camino e inspiró al panorama musical independiente. Sin embargo, paradójicamente, no hubo demasiados discípulos de su estilo, tan reconocible como inimitable.

A Chazwick Bradley Bundick, más conocido como Toro y moi, se le enmarcó dentro del microgénero de moda muy a principios de los 2010s, el chillwave. Este estilo musical, surgido en la blogosfera, fue una forma de entender la nueva sensibilidad indietrónica, o como lo definió Washed Out, uno de sus máximos exponentes, «música de baile ingénua». Sin embargo Toro y Moi demostró, desde su primer disco, «Causers of this» (2010) tener más paletas de colores en la producción. En «Blessa» hay brisa marina, guitarras vaporosas y psicodelia pop.

Define la década porque Toro y Moi fue una bocanada de aire fresco en el indie y la chillwave. Un productor dotado para envolver y crear ambientes, que para sus primeras composiciones como «Blessa» apuntó a Panda Bear y su colectivo animal. Música para chiringuitos de playa hipsters, sin ser esto en ningún caso un defecto sino una absoluta virtud.