Max Cooper – «Perpetual Motion» (2019)
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Max Cooper – «Perpetual Motion» (2019)

Con la llegada de la música electrónica, parecía que las posibilidades creativas y sonoras se multiplicaban hasta el infinito; no se dependía de instrumentos limitantes sino que se podía recrear cualquier sonido al tempo que quisieras, como un lienzo en blanco teniendo a mano todos los colores existentes. Sin embargo, la realidad no responde a constructos como infinito o eterno; el ser humano pretende creer que no existen límites, pero todo tiene su fin, y cada día que pasa la música electrónica va agotando sus recursos.

 

Max Cooper recibió su doctorado en biología computacional de la Universidad de Nottingham en 2008. Un año antes había comenzado su periplo en la música electrónica, y en 2010 decidió centrarse en ser productor y dj, aunque influido por su formación científica. En 2019, el centro de artes escénicas The Barbican le comisiona «Yearning for the infinite», un álbum concebido como una obra audiovisual para disfrutar de forma autónoma o en espectáculos en vivo. El disco, cuyo título significa «anhelando el infinito», intenta explorar la idea de progreso humano y tecnológico, también el concepto de infinito, por lo que Cooper no se limitó a la hora de crear capas y generar retroalimentación, lo que le propició muchos dolores de cabeza pero unos resultados excelentes. En «Perpetual Motion» se percibe la alta definición de las diferentes texturas que se van sumando a una melodía en bucle; emoción y tecnología que crecen aún más con las visuales de Nick Cobby. 

 

Define la década porque «Yearning for the infinite» es uno de los proyectos electrónicos y visuales más ambiciosos de los 2010s. Max Cooper, consciente de las limitaciones para crear nuevos lenguajes, se recrea en desarrollar una caligrafía exquisita, acompañado de unas visuales que suplen cualquier carencia que pueda tener un concierto en vivo de música electrónica. Beats en perpetuo movimiento, como forma irracional de olvidar la temible finitud.

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