Sex Bob-Omb – «Garbage Truck» (2010)
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Sex Bob-Omb – «Garbage Truck» (2010)

La adolescencia es una etapa bulliciosa; un momento en el que quieres ser adulto pero realmente eres un chaval. Por el contrario en la post-adolescencia ya somos adultos pero queremos seguir comportándonos como chavales; y eso se acentúa aún más, claro, si tienes una banda de indie-rock. 

 

«Somos Sex Bob-Omb y estamos aquí para hacerte pensar en la muerte, ponerte triste y esas movidas». Así presenta Scott Pilgrim uno de sus temas en la batalla de bandas de Toronto. La novela gráfica de Bryan O’Malley es una comedia romántica en la que Pilgrim tendrá que luchar (literalmente) con su pasado para conquistar a Ramona Flowers. La epopeya juvenil plagada de referencias a la cultura pop, fue adaptada al cine por Edgar Wright, un virtuoso realizador que construye relatos con precisión de relojero suizo. Por supuesto, la música es pieza fundamental en este engranaje, por lo que contaron con ilustres bandas de Toronto como Metric y Broken Social Scene, con el productor de Radiohead, Nigel Gondrich, para los temas instrumentales y con Beck para las canciones del grupo protagonista. Según Wright, Beck escribió 32 canciones en 32 horas, captando así la efervescencia de un grupo de garaje primerizo, con melodías sencillas pero con gancho envueltas en distorsión amateur. «Garbage Truck» es exactamente eso, una canción sobre llevar a «tu reina» en tu camión de la basura; música autoconsciente y catchy.

 

Define la década porque Scott Pilgrim, (novela gráfica, película, videojuego y banda sonora) fue una alegría pop del 2010. En unos años en los que las adaptaciones de cómic han copado los cines, «Scott Pilgrim vs The World» supone la alternativa a los blockbusters. La película no tuvo en su momento el éxito esperado ni de crítica ni de público, pero capta como pocas el frenesí juvenil de una nueva relación y las aventuras y desventuras de la post-adolescencia. Para ello Wright utilizó el lenguaje visual del cómic y el videojuego, y dejó en buenas manos la adaptación de las canciones, con un Beck ingenioso y rejuvenecido.

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