Una coyuntura que, sin embargo, la directora considera especialmente propicia para el coleccionista: «Los anticuarios y galeristas siempre quieren vender, más ahora si cabe, y eso hará que se revisen los márgenes de gestión, costes y comercialización, lo que se traducirá, seguramente, en precios más atractivos para los inversores y compradores».

Quedan sólo unos días para inaugurar la XXXIII edición de FERIARTE, ¿cómo ha resultado esta edición desde el punto de vista de expositores? ¿Se mantienen los números del año pasado?

No, no estamos en las cifras del año pasado. Si algo define esta convocatoria es el contexto del mercado, un año donde la situación es dura para todos los sectores y también para el mundo de las artes y las antigüedades. A pesar de eso, FERIARTE va a contar con 150 galeristas, lo que representa aproximadamente un 18% menos respecto del año pasado, pero, teniendo en cuenta este contexto regresivo en términos multisectoriales y a nivel internacional, creo que son unas cifras de participación muy importantes. Mi valoración y la de todo el Comité Organizador es muy positiva. FERIARTE sigue siendo una feria que concita la mayor concentración de galerías y anticuarios de España, mantiene su liderazgo y ahora se trata de que este grandísimo esfuerzo que van a realizar los expositores se traduzca en un nivel favorable de ventas y contactos.

Creo, además, que éste es precisamente el momento, el mejor momento para que los coleccionistas, los inversores y los aficionados se acerquen a FERIARTE, porque en esta edición habrá más oportunidades de compra a precios mucho más competitivos. Los anticuarios y galeristas siempre quieren vender, más ahora si cabe, y eso hará que se revisen los márgenes de gestión, costes y comercialización, lo que se traducirá, seguramente, en precios más atractivos para los inversores y compradores.

¿Cómo se están comportando ferias similares en otros países? ¿También han acusado esta situación económica?

Sí, todas. Ya desde el año pasado, desde septiembre con la Bienal de París, que sufrió una bajada considerable, las ventas de todas las ferias acusaron la crisis, que empezó con una virulencia especial precisamente en noviembre pasado. En el caso de FERIARTE, el año pasado no se vió afectada en cuanto al número de participantes, pero sí en las ventas. Ahora, a pesar de que estemos en este 18% menos de participación, es una concentración muy amplia de oferta nacional y extranjera.

«Creo, además, que éste es precisamente el momento, el mejor momento para que los coleccionistas, los inversores y los aficionados se acerquen a FERIARTE porque en esta edición habrá más oportunidades de compra a precios mucho más competitivos»

¿Considera que alguno de los sectores representados en FERIARTE está experimentando un mayor sufrimiento con la crisis actual?

Considero que están sufriendo todos por igual. Desde luego, el que sea más generalista puede tener más vías y recursos que quien tenga una única especialidad, que está más limitado. En cualquier caso, hay algunas especialidades de la feria que en los últimos años están registrando un crecimiento importante, como, por poner varios ejemplos, la arqueología, las chimeneas, el arte africano o las piezas arquitectónicas, aunque siguen siendo la pintura y los muebles los dos bloques genéricos que más demanda tienen, porque, lógicamente, también hay mucha más oferta.  

Y en esta situación de incertidumbre, ¿cree que es el momento del arte?¿Cree que el arte se está convirtiendo en un valor refugio, en una apuesta segura cuando tiemblan el resto de sectores de inversión?

Absolutamente, de hecho hay distintos especialistas que ponen el foco en el mundo del arte y en cómo se está comportando en esta situación de ralentización de las ventas. En particular, las antigüedades son las que se están comportando mejor y muy particularmente se registra un crecimiento en el mundo de la pintura antigua, precisamente por ese valor refugio, por esa garantía que representa para un inversor poner su dinero en algo cuyo valor no va a sufrir cambios bruscos y posibles devaluaciones. Por eso, las antigüedades siempre han sido un valor refugio, siempre ha sido así, y creo que ahora muchísimo más. La economista Clare McAndrew, que ha realizado recientemente un estudio para la Federación Europea de Anticuarios y para TEFAF, apuntaba precisamente a este momento de mayor demanda de pintura antigua dentro del mundo de las artes decorativas, porque el elemento valor-refugio, la garantía de inversión, es determinante.

En cuanto al público de FERIARTE, ¿cómo ha evolucionado en los últimos años? ¿Cree que se va a producir algún cambio?

No intuyo ningún cambio. La tendencia mayoritaria en los últimos años, aunque ha ido bajando la media de edad y cada vez se acerca más gente joven al mundo de las antigüedades, sitúa la horquilla del visitante de esta feria mayoritariamente entre los 40 y 60 años. Es un público que ha evolucionado a partir del conocimiento. El comprador está muy informado, conoce muy bien lo que tiene entre las manos, sabe lo que quiere y es muy exigente. Es una evolución muy de agradecer sobre todo para el anticuario, porque le exige, a su vez, esmerarse más en la búsqueda de piezas de más valor y atender a una demanda cada vez más cualificada. Por otro lado, también hay personas que vienen a FERIARTE con otra visión estética o decorativa y que compran lo que les gusta. 

«En la Galería del Joven Coleccionista se incluye un conjunto de piezas y objetos que tienen un valor artístico categorizado dentro de lo que se puede exponer en FERIARTE y que, por tanto, han superado unos estrictos criterios de autenticidad y calidad, pero que se pueden comprar por un precio máximo de 3.000 euros. Eso facilita el acercamiento y conocimiento del nuevo coleccionista»

Ustedes están haciendo un esfuerzo considerable por atraer a un coleccionista joven a la feria. El año pasado pusieron en marcha la Galería del Joven Coleccionista, que este año se mantiene. ¿Qué esperan de ella?

El año pasado fue fenomenal. Tuvo mucho éxito. En la Galería del Joven Coleccionista se incluye un conjunto de piezas y objetos que tienen un valor artístico categorizado dentro de lo que se puede exponer en FERIARTE y que, por tanto, han superado unos estrictos criterios de autenticidad y calidad, pero que se pueden comprar por un precio máximo de 3.000 euros. Eso facilita el acercamiento y conocimiento del nuevo coleccionista. Además, es una compra, podríamos decir, que muy cómplice, porque la persona que atiende al público y explica cada una de las piezas es licenciada en Historia del Arte y facilita mucho todo este proceso de conocimiento.

¿Apuesta FERIARTE por la diversificación?  

Claro. FERIARTE no puede dejar de lado el arte, si el arte va avanzando, nosotros tenemos que ir por el mismo camino. Sin parar. Ya en 1997 incorporamos por vez primera las galerías de pintura contemporánea de autores consagrados, una iniciativa que tenía el objetivo de ajustarnos a la demanda del mercado, ya que muchos de los clientes de las antigüedades compartían su interés por este otro segmento, y también por atraer gente más joven a la feria. Ahora, las tendencias se inclinan también por el diseño, además del Decó y Nouveau -que siempre han estado en FERIARTE y que son las especialidades que están registrando desde hace dos o tres años mayor demanda-, por todo lo relativo a los años 40, 50, 60 y hasta los 80. Ahí hay algunas galerías que están entrando con piezas, sobre todo muebles y artes decorativas, muy interesantes. La tendencia se encamina por esa senda, somos conscientes de ello, lo sabemos y por eso estamos abiertos a incorporarla a la feria.

¿Se puede hacer un cálculo del dinero que mueve una feria como ésta?

Yo no puedo hacerlo. Nosotros tenemos el número de piezas que se venden según especialidades. Ahora, saber cuánto vale un mueble, un Alvar Aalto o un Luis XIV… se pueden disparar los precios, puede haber una diferencia de 3.000 a 30.000 euros. Hacer una valoración media me resulta difícil. Se podría hacer una estimación del total dividido por expositores, pero no tendría la certeza de estar en la horquilla razonable de volumen de negocio directo. Y, a todo esto, hablamos de las operaciones que se realizan durante los días de la feria, no de aquellas transacciones que se realizan después de FERIARTE, que no computan en sus resultados y no se pueden cuantificar. Por ejemplo, entre los propios anticuarios se realizan transacciones que suponen el 60% del total. Todo esto hace muy complicado un cálculo razonable.

En cuanto a la presencia internacional…

Contamos con una docena de expositores. No es una presencia alta, no llega al 10%, pero en estos momentos difíciles los que más se retraen son los participantes extranjeros porque los costes son muy altos y hay menores garantías de retorno de la inversión.
¿Y en cuanto a coleccionistas internacionales? 

Vienen muchos profesionales extranjeros a comprar, anticuarios europeos y americanos que compran para luego vender a sus clientes. Las ferias son también una gran fuente de abastecimiento para el propio anticuario que adquiere piezas para su red de coleccionistas. Muchos vienen, incluso, en el momento del montaje. 

«Es el momento de comprar. Primero, porque van a salir unas piezas extraordinarias y, segundo, porque el valor y precio van a ser seguro más interesantes que nunca. Ahora, más que nunca, hay que venir a FERIARTE»

¿Por qué cree que las artes decorativas y antigüedades tienen una presencia escasa en los medios de comunicación?

Es difícil encontrar una explicación, pero es un hecho que se puede constatar. Creo que la clave puede ser el desconocimiento. El sector de las antigüedades es inmenso, muy rico y variado, pero que mucha gente que no lo conoce aún vincula a “cosas viejas”. Este paralelismo impide mirar y conocer este mundo precioso, con tantas especialidades que es muy raro que alguien con sensibilidad no encuentre algo que le interese. Creo que este desconocimiento hace que su presencia sea menor también en los medios. Además, también estamos en un mundo y una generación audiovisual y todo, en conjunto, hace que el foco no se ponga tanto en este maravilloso mundo de las antigüedades. Es una pena porque existe mucha gente interesada en otras especialidades artísticas que deja de enriquecerse y disfrutar con este otro mundo de las artes decorativas.

Más allá de los vaivenes económicos, ¿cómo ha visto evolucionar la feria desde que es directora de FERIARTE?

He visto un cambio muy importante. Habría que buscar un calificativo, una palabra que sintetice la evolución en estos 33 años. Habría que señalar el esfuerzo, el empeño que se ha hecho en los últimos años por mejorar la selección y calidad de la obra expuesta, un trabajo siempre muy antipático porque cuesta decir “no” a alguien o a algo, pero que hay que hacer. Luego, la ingente labor del comité de admisión de obras, que es donde estriba el éxito de FERIARTE, compuesto por profesionales de prestigio internacional, con un conocimiento indiscutible en las distintas especialidades. Estamos hablando de grupos de trabajo de más de 50 personas que se pasan dos días estudiando pieza a pieza, viendo si reúnen las condiciones requeridas. Es un trabajo impresionante y un pilar de la feria que no se puede abandonar.

¿Qué mensaje mandaría al aficionado al arte y al coleccionista para que fuera este año a FERIARTE?

Como he dicho antes, es el momento de comprar. Primero, porque van a salir unas piezas extraordinarias y, segundo, porque el valor y precio van a ser seguro más interesantes que nunca. Ahora, más que nunca, hay que venir a FERIARTE. Ahora sí que hay que comprar.

Madrid. 33º Edición de FERIARTE. Feria de Arte y Antigüedades. Pabellón 10 de la Feria de Madrid.

Del 21 al 29 de noviembre de 2009.