La disfunción del progreso muestra una selección de obras de dos colecciones públicas a las que apenas separan unos pocos kilómetros. Ambas responden a circunstancias institucionales diferentes, pero convergen en la voluntad de mirar la realidad críticamente a través del arte. La exposición no pretende generar una cronología del arte reciente, sino poner su acento en algunos de los temas por los que transitan las obras seleccionadas.

Un primer grupo de obras interroga al propio arte. Su definición y su sentido en la cultura contemporánea y su capacidad de poner en marcha un pensamiento crítico son dos de las cuestiones que atraviesan todas estas obras. Entre los temas recurrentes, también se encuentra el mirar a las propias imágenes. ¿Cuál es su sentido cuando nuestra cotidianeidad está plagada de ellas? ¿De qué manera pueden servir para hacer más amplia nuestra propia mirada sobre el mundo? ¿Es posible y deseable que las imágenes se conviertan en agentes de los cambios que se suceden en el mundo? Dos grandes obras permiten reflexionar sobre estas ideas. Por una parte, la Kinderzimmer II (Habitación de los niños), 2008, de Gregor Schneider, una habitación totalmente desnuda en la que, eventualmente, nos encontramos con nosotros mismos.

Cambios radicales

Otro grupo de obras plantea cuestiones de mayor índole social. En las últimas décadas hemos sido testigos de cambios radicales en algunos sistemas políticos. Algunos de sus símbolos se han desmoronado, literalmente, ante nuestros ojos, como el Muro de Berlín en 1989 o las Torres Gemelas neoyorquinas en 2001. Otros han ido mutando de forma más sutil, pero con similar resultado, como el apartheid sudafricano. Una conclusión es posible: el mundo es un lugar en continuo cambio en el que las verdades rotundas, sencillamente, no existen. ¿Cómo convivir con esa realidad? ¿De qué manera podemos reaccionar ante esos cambios y actuar políticamente como constructores de nuestro futuro?

Carlos Garaicoa en Nuevas arquitecturas, o una rara insistencia para entender la noche nos plantea una pieza que emana su propia luz, para fijar nuestra atención en cómo se organiza nuestra convivencia en las ciudades en las que habitamos. Cristina Lucas, en su Light Years, reflexiona sobre cómo se ha ido implantando el sufragio universal en países de todo el planeta, reflejando tanto los oscuros períodos de tiranía como la luz que emite, literalmente en el caso de esta pieza, la democracia.

Creadores

La exposición reúne obras en vídeo, fotografía, instalaciones, escultura y pintura de Lara Almacegui, Halil Altindere, Txomin Badiola, Guy Ben-Ner, David Bestué/ Marc Vives, Bleda y Rosa, Dias & Riedweg, Jon Mikel Euba, Patricia Gadea, Cyprien Gaillard, Carlos Garaicoa, Mario García Torres, Luis Gordillo, Federico Gúzman, Carlos Irijalba, Cristina Lucas, Asier Mendizabal, Mitsuo Miura, Vik Muniz, Juan Muñoz, Pablo Palazuelo, Paloma Polo, Gregor Schndeider, Santiago Sierra, Daniel Steegmann y Frank Thiel.