Las sesiones plantean un recorrido que se detiene en distintas cuestiones, siempre ligadas a la misma década. Abriendo el ciclo y dando sentido a su título, nadie mejor que el canadiense David Cronenberg con la que puede considerarse su película más perturbadora y aclamada, Videodromo, donde se aproxima al cine desde el vídeo y la televisión.

Por su parte, Béla Tarr estará presente con Sátántangó. La película, con una duración de casi ocho horas, muestra la crisis del comunismo a partir del fracaso del experimento de una granja colectiva en la Hungría tras el socialismo.

Globalización, feminismo, subcultura

Las siguientes sesiones recogen posturas en la narración de la globalización, contadas desde diferentes lugares y condiciones: Estados Unidos, Alemania, Sarajevo o el bloque soviético en su caída. Analiza la tensión entre el nuevo orden global, considerado el territorio como un espacio de conflicto, memoria e identidad. Los realizadores son Hito Steyerl, Jasmila Žbanić o Ursula Biemann.

En días posteriores, las películas abordan la relación entre música y subcultura. Tratan las prácticas colaborativas y activistas desde lo musical en dos contextos, el de España y Estados Unidos, previos al surgimiento del sida y a la idea de contagio y muerte que implicará.

También habrá espacio para un feminismo basado en discursos muy diversos, desde la antropología a la lingüística, que conducirá a presentar un enfoque de la diferencia. Se exhibirán los trabajos de Trinh T. Minh-ha, Sadie Benning y Su Friedrich.

El sida

Durante la última jornada se proyectará Blue, una cinta donde un azul monocromo en la pantalla recrea la memoria de los últimos días del cineasta ciego, Derek Jarman, cuyo testimonio del padecimiento del sida aparece en la voz en off, y que ha sido considerada una de las representaciones más poéticas de la enfermedad.

En contraste se mostrará A Fire in My Belly, de David Wojnarowicz, una película que ha sido censurada recientemente en Estados Unidos.