Rosita, una chica huérfana que vive en casa de sus tíos en Granada, se ve obligada a separarse de su prometido, que marcha a Argentina con su familia. Antes de partir, sin embargo, este promete a Rosita que tan pronto como pueda volverá para casarse con ella, siempre que esté dispuesta a esperarlo. La chica espera, pero la situación se prolonga durante años, mientras el ambiente opresivo e indiscreto de la ciudad de provincias va cayendo sobre la familia como una losa cada vez más pesada.

García Lorca mantuvo una estrecha relación con la ciudad de Barcelona, en la que llegaría a estrenar dos de sus obras, Mariana Pineda y Doña Rosita la soltera. En 1935, la compañía de Margarita Xirgu estrenó esta última en el Teatro Principal Palace de Barcelona y esta fue la última obra que estrenaría en vida.

Tensiones irresolubles

Situando las fronteras del tiempo en el centro de la tragedia contemporánea, García Lorca hace patente las tensiones irresolubles de una cultura cronológica en la que la esperanza ocupa un lugar de honor, a pesar de no saber a menudo qué se espera ni por qué.

El poeta ofrece un ácido retrato de la vida de esta Rosita que cree tener que enfrentarse al paso de los meses y acaba topando contra su manera de vivir y de entender la espera. Una rosa que nace con un rojo encendido y va perdiendo su fueza hasta ver desaparecer sus últimos pétalos.

Nora Navas, Carme Elias, Joan Anguera, Mercè Aránega, Marta Betriu, Enric Cambray, Oriol Genís, Laura Guiteras, Mireia Llunell, Enric Majó, Victòria Pagès, Alba Pujol, Candela Serrat y Albert Triola forman el elenco de este montaje dirigido por Joan Ollé.