Esta muestra presenta por primera vez en España un grupo de obras que fueron expuestas por el pintor valenciano en diferentes exposiciones en territorio estadounidense y adquiridas por coleccionistas y museos de aquel país.

Comisariada por Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista, la exposición cuenta con 150 obras, entre pinturas, bocetos al óleo y dibujos. A través de ellas, y de nueve secciones, el visitante puede observar la forma en que este país influyó en su pintura.

Sorolla y Estados Unidos comienza con algunas de las obras del artista que formaban parte de colecciones norteamericanas antes de su llegada a Estados Unidos, con pinturas como Puerto de Valencia o El algarrobo. La cronología continúa con el apoyo de Archer Milton Huntington, hispanista que se convirtió en su mecenas, encargándole en 1909 una gran muestra retrospectiva en la Hispanic Society of America. Precisamente Huntington introdujo a Sorolla a Thomas Fortune Ryan, otro millonario que, entre otros encargos, solicitó la pintura de gran formato Cristóbal Colón saliendo del puerto de Palos.

A partir de ese momento, Sorolla realizó numerosos retratos de distinguidos personajes de la sociedad estadounidense, sujetos en su mayoría a las fórmulas del retrato elegante de encargo, lo que condicionó en muchas ocasiones su libertad creativa. No obstante, a partir de 1911, sus retratos hacen gala de una mayor libertad compositiva, cuyo ejemplo claro es el que protagoniza el pintor Louis Comfort Tiffany.

Por otro lado, la gran muestra que ofrece la Fundación Mapfre pone su acento en los paisajes y jardines que el artista inmortalizó, así como en sus ya clásicas escenas de mar y playa. Además se completa con estudios de pequeño formato, una serie de gouaches en los que retrata las vistas neoyorquinas desde el Hotel Savoy, en el que se alojaba, y dibujos realizados en el reverso de los menús de los hoteles The Blackstone en el que, a lápiz y con pequeños toques de color, Sorolla retrata a los clientes de los restaurantes de dichos establecimientos.

Instituciones y particulares

La muestra reúne obras de la Hispanic Society of America, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Brooklyn Museum de Nueva York, la Morgan Library de Nueva York, el Museum of Fine Arts de Boston, el Art Institute de Chicago, la Washington University Gallery of Art, de San Luis, o The J. Paul Guetty Museum de Los Ángeles, además de otras pinturas de prestigiosas colecciones particulares estadounidenses, muchas de las cuales han sido localizadas gracias a las investigaciones realizadas para esta exposición.

Este proyecto también ha contado con el apoyo de numerosas colecciones públicas y privadas españolas, como el Museo Sorolla, el Museo de Bellas Artes de Asturias, la Fundación Bancaja o la Colección Masaveu, entre otras, ya que algunas de las obras vendidas por Sorolla en Estados Unidos volvieron años después a nuestro país.

Éxito arrollador

En 1909, cuando Sorolla ya había alcanzado todos los grandes premios y honores a los que un pintor español de su época podía aspirar, realiza, con un éxito sin precedentes, su primera exposición en Nueva York, en la Hispanic Society of America. Bajo el patrocinio de esta institución, presenta sus obras a continuación en Boston y Búfalo. Dos años después, este mismo triunfo se repite en Chicago y San Luis. Sorolla sedujo a los estadounidenses con sus escenas de playa bañadas por el sol mediterráneo, con sus jardines españoles y sus elegantes retratos. Se trató de un acontecimiento excepcional: sólo en Nueva York, su exposición recibió más de 160.000 visitantes en un mes y se vendieron 20.000 ejemplares del catálogo. Tras este triunfo, Sorolla comienza a realizar retratos de las personalidades más influyentes de la sociedad del país, desde la familia Morgan hasta William Howard Taft, entonces presidente.

La relación de Sorolla con la Hispanic fue muy intensa. El pintor realizó un gran proyecto de decoración para la biblioteca de esta institución, que le ocupó buena parte de los últimos años de su vida. Sin embargo, esta exposición se centra fundamentalmente en las exposiciones que Sorolla celebró en Estados Unidos en 1909 y 1911, así como en los grandes encargos que se derivaron de ellas. Presenta, por primera vez de manera específica y sólida, la pintura que cautivó a los coleccionistas y mecenas estadounidenses. Gracias a la ayuda de Archer M. Huntington, Sorolla retrató a las personalidades más influyentes de la sociedad estadounidense, desde la familia Morgan al presidente William Howard Taft o a Louis Comfort Tiffany, y vendió para los principales museos y colecciones estadounidenses obras fundamentales de su etapa de madurez, que se reúnen por primera vez en esta exposición. Se presenta, así, al mejor Sorolla, a la vez que se profundiza en la enorme proyección internacional del artista.