La muestra recorre los paisajes y lugares claves en su trayectoria artística, desde el Guadalquivir a los jardines del Generalife, e incluye trabajos pertenecientes a distintas épocas, algunos inéditos. La exposición cuenta con tres sedes: la Capilla y las salas de exposiciones temporales del Museo de Bellas Artes en el Palacio de Carlos V, la Fundación Rodríguez-Acosta y el Palacio de la Madraza.

El paisaje y el lugar reúne obras de diversas instituciones, como el Patronato de la Alhambra y Generalife y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), así como de numerosas colecciones públicas y privadas y de la propia artista.

Libertad formal

En la muestra se pueden contemplar obras de Laffón realizadas con diferentes técnicas. Así se presentan óleos sobre lienzo, dibujos de carbón sobre papel, pastel y óleo sobre papel y esculturas en hierro pintado, hierro, escayola, madera y aluminio, bronce pintado y témpera y carbón sobre madera. Y es que la artista sevillana ha alcanzado, en su última etapa creativa, una libertad formal que radicaliza su concepción del paisaje entendido como contemplación.

Para el comisario de la muestra, Juan Bosco Díaz-Urmeneta, «Carmen Laffón se encuentra en un momento artístico en el que la exploración y la investigación se liberan de una parte de las ataduras del pasado e inician una nueva travesía, que sorprende y deslumbra por esa libertad y radicalidad respecto a lo ya hecho».

En las salas de exposiciones del Museo de Bellas Artes se exponen las grandes series relacionadas con el río Guadalquivir, como Los Cotos, Las Orillas, Los Cielos o Las Bajamar. También se muestran las series de dibujos que la pintora sevillana realizó en la Alhambra y en los Jardines del Generalife en el año 2006, y que son, en gran parte, propiedad del Patronato de la Alhambra y Generalife. Por último, en la Capilla del Palacio de Carlos V se puede contemplar una serie terminada este mismo año, titulada La Cal.

A lo largo del Guadalquivir

La exposición relata, en palabras de Díaz-Urmeneta, «el viaje a lo largo del Guadalquivir, hasta su llegada al mar, en Sanlúcar de Barrameda. Pero el viaje cambia al viajero y las propias obras abren un segundo camino a través del propio paisaje: paisajes del encuentro inesperado en La Cartuja, de la vitalidad de las márgenes del río en Bonanza, de la mirada que espera y espía el vigor de la luz sobre el Coto desde Sanlúcar, de la inminencia del mar en La Jara».

Carmen Laffón. Orilla del Coto desde Bonanza. 2013-14.

Carmen Laffón. Orilla del Coto desde Bonanza. 2013-14.

La serie La Cal y las esculturas de El Quijote, en la Capilla del Palacio de Carlos V, retrotraen a la cultura milenaria y al quehacer de los calcineros, en el bosque, la cantera y el horno, con una visión especial donde los útiles son los principales protagonistas. La artista ha confesado que, «casi en un tiempo récord», ha terminado una de las obras que componen esta colección: «Al ver el espacio, me di cuenta que faltaba un cuadro. En mi estudio he trabajado dándole forma. Ahora estoy satisfecha del resultado».

Hierro, aluminio, bronce y madera

Una segunda parte de la exposición puede verse en la Fundación Rodríguez-Acosta, donde se sitúan las esculturas en hierro, aluminio, bronce y madera que pertenecen a la última etapa de su creación, desde 2011 a 2015.

En sus frecuentes visitas a una herrería, Laffón fue descubriendo posibilidades en los objetos que articulan la práctica cotidiana del taller. De ahí surge la serie de La Herrería, donde las obras oscilan entre la escultura y el ensamblaje, puesto que integran objetos ajenos al arte, hallados y elegidos por la autora. Conforman este apartado piezas como Caballetes con palos y vigasLa cubaCaballetes con elementos verticales.

Carmen Laffón. Espuertas cargadas de uvas, 2006-2009. Bronce pintado al óleo.

Carmen Laffón. Espuertas cargadas de uvas, 2006-2009. Bronce pintado al óleo.

Carbón sobre papel

Por último, en el Palacio de la Madraza, dependiente de la Universidad de Granada, se sitúan todas las obras de la serie denominada La Viña, realizadas en carbón sobre papel. Se trata de un extenso trabajo que despierta la memoria de dos mitos mediterráneos: la vid, signo de fecunda naturaleza, y la viña y el lagar, símbolo de acogida y convivencia. La Viña se expuso por primera vez en el Monasterio de Santo Domingo de Silos, en la sala que allí cuenta el Museo Reina Sofía, antigua bodega del monasterio.

Con motivo de la muestra se ha editado un libro-catálogo en colaboración con el Centro de Estudios Andaluces que reúne a especialistas del panorama artístico español como Francisco Calvo Serraller, Jacobo Cortines, Lorena Martínez de Corral y el propio comisario de la muestra, que analizan la obra y trayectoria de Carmen Laffón.

Pintar y soñar

Carmen Laffón. La artista en su estudio de La Jara. Sanlúcar de Barrameda. 2014.

Carmen Laffón. La artista en su estudio de La Jara. Sanlúcar de Barrameda. 2014.

Carmen Laffón tuvo una vida diferente desde su niñez. Sus padres, que se habían conocido en la Residencia de Estudiantes de Madrid, deciden no llevarla al colegio. Su educación se lleva a cabo en su casa. Sus inicios en la pintura tienen lugar a los 12 años de la mano del pintor Manuel González Santos, amigo de la familia y antiguo profesor de dibujo de su padre, por cuya indicación ingresa en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, a los 15 años de edad.

Tras cursar estudios en esta institución durante tres años se traslada a Madrid, en cuya Escuela de Bellas Artes finaliza su carrera. En ese mismo año, 1954, hace su viaje de fin de estudios a París, donde queda especialmente impresionada por la obra de Marc Chagall. Al año siguiente realiza una estancia de estudios en Roma con una beca del Ministerio de Educación. A su regreso a Sevilla en 1956 continúa pintando en la casa de verano familiar en La Jara, frente al Coto de Doñana, que acabará siendo el lugar central de su actividad artística. Allí tiene actualmente su estudio, y el Coto de Doñana y su paisaje se han convertido en principal protagonista de su pintura.

En 1967 se acerca al mundo de la enseñanza y junto a Teresa Duclós y Pepe Soto crean la Escuela El Taller y en 1975 se incorpora a la Cátedra de Dibujo al Natural de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla.

En 1998 es nombrada académica de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. El 16 de enero del 2000 pronunció el discurso de ingreso titulado Visión de un paisaje que versó sobre su relación con Sanlúcar de Barrameda y el Coto de Doñana.

Carmen Laffón es Hija Predilecta de Andalucía. Está en posesión del Premio Nacional de Artes Plásticas y de la Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes, entre otras distinciones.