El proyecto expositivo, comisariado por Orlando Britto Jinorio, director del CAAM, toma como punto de partida las posiciones teóricas del multiculturalismo y el poscolonialismo, que abogan por la alteridad, la diferencia, la otredad o la subalternidad, y que han permitido en las últimas décadas el surgimiento de un nuevo espacio de representación que ha venido a ocupar el lugar dejado por el fin del monopolio cultural occidental en el campo de las artes visuales.

El proyecto pretende ampliar el conocimiento y la mirada sobre la riqueza de la creación artística realizada por africanas, y es por ello que en su título recurre a la metáfora del iris del ancestro del género humano Australopithecus Afarensis, cuyos primeros restos fósiles fueron descubiertos en Etiopía en 1974.

Amina Zoubire. Figure Oubliée Kahena.

Amina Zoubire. Figure Oubliée Kahena.

En las propuestas de las artistas participantes, la cuestión de género, planteada desde muy diversas perspectivas, es fundamental, y junto a ella se abordan temas relacionados con la identidad, la etnia, el cuerpo, la relación con el territorio y las tradiciones, la memoria, el medio ambiente, la historia, las cuestiones coloniales y poscoloniales, la migración y las fronteras, o la experiencia del exilio.

Todos ellos se visualizan a través de una selección de obras construidas formalmente desde la instalación, la fotografía, el vídeo, la vídeo-instalación, la pintura o el dibujo, a través de la que es posible conocer y acercarse a la construcción de un particular mapa de los diferentes territorios existenciales, conceptuales y formales que habitan las artistas de este continente.

El iris de Lucy es una producción inicial del MUSAC de León, exhibiéndose posteriormente en el Museo Departamental de Arte Contemporáneo, de Rochechuart, Francia. En este 2017 cierra su itinerancia con su exhibición en el CAAM.

 

¿Por qué El iris de Lucy?

Por Orlando Britto Jinorio, comisario

Su título es una construcción metafórica que alude a los sistemas impositivos del pensamiento colonial, a la necesidad de la superación de los mismos y a la restitución de una mirada que nunca debió ser sustraída, y para ello recurrimos a la referencia de Lucy, el homínido de género femenino considerado durante mucho tiempo como la abuela de la Humanidad.

Se trata del Australopithecus Afarensis, conocida normalmente como Lucy desde su descubrimiento por un equipo de antropólogos liderado por Donald Johanson y Tom Gray en 1974, en la región oriental de Afar, en Etiopía. Durante décadas se la consideró el eslabón perdido de la evolución humana con una antigüedad aproximada de unos 3,2 millones de años.

Lucy debe su nombre a que anecdóticamente, al parecer, en el momento de su descubrimiento sonaba en la radio la famosa canción de los Beatles Lucy in the Sky with Diamonds. ¿Por qué entonces no haber elegido nombres como la gran Sabla Wangel de Etiopía, Hatseput, Nefertari o Cleopatra de Egipto, Makeda de Saba, Candace de Meroe, Kahina de Mauritania, Amina del País Hausa, Del Wambara de Adal, Nzinga de Angola, Beatriz del Congo, Manthatisi de Lesotho, Nandi de Zululandia, Ranavalona de Madagascar, Yaa Ásantewa de Ghana o Nehanda de Zimbabwe u otros muchísimos nombres de mujeres relevantes de las muy numerosas y ricas culturas de África?

¿Por qué los antropólogos tuvieron que sustraerle su conexión con su propio contexto a aquel homínido, su identidad, su mirada o, en definitiva, su iris? ¿Cuál sería entonces el iris de Lucy, su auténtico iris, su mirada?

Lucy fue rebautizada poco tiempo después por los etíopes de Afar en su propia lengua como Dinkenesh, que significa “eres maravillosa”.

Tomamos pues este hecho de sustracción histórica como punto de partida para proponer esta exposición que, de forma simbólica, devuelve a Lucy su propia mirada a través de las miradas, propuestas, de una selección de artistas contemporáneas africanas fundamentales con su aportación y compromiso en la construcción cultural del continente.

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