Una creación de José Díaz, Hugo Torres, Fernando Epelde y Marta Pazos, bajo la dirección de esta última, con escenografía de Carmen Triñanes. El montaje –que sus responsables definen como «una propuesta única e inusual, entre lo performativo, lo musical y el teatro experiencial que cuenta con una propuesta dramatúrgica singular»– puede verse en 10 únicas funciones hasta el 29 de septiembre.

Hemos venido a darlo todo parte de los samplers sonoros de las músicas que la NASA enlató y mando al espacio en 1977, y los remezcla en directo para ofrecer una experiencia escénica que trata sobre las sutiles diferencias entre un acontecimiento, un acto y una epifanía. Un espectáculo que acaba por convertirse en un rito chamánico colectivo que invita a vibrar y compartir una felicidad súbita. A través de su característico gusto por lo retro y lo pop, Voadora propone un viaje hacia lo efímero, hacia lo primario… libre de controles y responsabilidades.

Manifiesto

Para la compañía se trata de todo un manifiesto: “Nuestro manual y nuestro pacto con la experiencia escénica desde el brillo de todos sus elementos, el movimiento, la música y las imágenes. Queríamos hacer un espectáculo dedicado a la música; no música para el teatro sino teatro para la música. Ponerla en el centro y que fuera el teatro el que atravesara la música”, explica su directora, Marta Pazos.

“¿Dónde queda la perspectiva de género en aquella selección de tracks seleccionados para definir nuestra identidad? ¿Y la visión animalista? ¿Qué tiene que decirnos la selección contenida en los vinilos sobre la igualdad en términos raciales y sobre la propia idea de lo perdurable? ¿Dónde termina el código científico y empieza la fe? ¿De qué manera se inmiscuyen estos dos conceptos entre el pacto de ficción que firmamos con el espectador antes de cada función? Este montaje juega a desplazar el centro del público ante el hecho teatral sin renunciar a la frescura, la extrañeza, el sudor y la energía de la música electrónica en lugares extraños porque, al fin y al cabo, hemos venido aquí a darlo todo”, explican sus integrantes.

Con un equipo formado por artistas complementarios de diferentes disciplinas (artes plásticas, música y escena), Voadora ha sorteado las trampas de la periferia convirtiéndolas en virtudes y parece encontrarse en un permanente estado de crecimiento, sumida siempre en una búsqueda constante de nuevos horizontes que le han hecho deslizarse por todos los lados de la creación contemporánea sin perder sus señas de identidad.

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