La exposición Sorolla. Femenino plural pone de relieve precisamente esa presencia de la mujer en su obra. Dejando de lado las representaciones de la familia, ausentes en esta muestra, esta presencia es abundante y variada e incluye a mujeres de toda condición social. El pintor fue un gran observador de la mujer, naturalmente sensible a su belleza, pero sobre todo a otras cualidades como la valentía o la fortaleza.

El Museo Sorolla ha reunido para la ocasión 36 obras, muchas de ellas poco conocidas y procedentes de colecciones particulares, agrupadas en cuatro secciones: “Historia, mitología y otros pretextos”; “Mujeres del pueblo”; “Pescadoras y madres”, y “Elegantes y modernas”.

La vida de Sorolla coincidió con los inicios del movimiento feminista en España, pero éste era todavía muy minoritario: las españolas tenían aún un nivel cultural muy bajo, pocas accedían a la educación secundaria, y la universidad les estuvo prácticamente vetada hasta 1910. En cuanto al derecho al voto, no se les reconocería hasta 1931.

Temas

Joaquín Sorolla. 'Mesalina en brazos de un gladiador', 1886. Colección BBVA.

Joaquín Sorolla. ‘Mesalina en brazos de un gladiador’, 1886. Colección BBVA.

La historia y la mitología han servido tradicionalmente a los artistas como pretexto para introducir los desnudos en sus obras; a las evocaciones del mundo antiguo o grecorromano, el Romanticismo añadió las fantasías orientales; estos temas eran todavía vigentes en la juventud de Sorolla, en la que se popularizó también el motivo de la modelo en el estudio del pintor. Sorolla aprovecha esos argumentos para crear imágenes abiertamente sensuales, situadas en la Antigüedad clásica o un imaginario Oriente, pero a veces prescinde de escenografías y pinta sencillamente modelos. En su obra posterior los desnudos escasean pero exhiben una gran maestría técnica.

La aparición de las campesinas marca un hito importante en su obra: retirado en la ciudad italiana de Asís por un tiempo, busca en solitario un estilo propio y lo encuentra en el naturalismo de la representación sencilla y directa de lo que tiene a su alrededor: las aldeanas en sus campos. Paralelamente se gana el sustento con cuadritos amables de escenas valencianas cuyas protagonistas responden a los estereotipos tradicionales de la mujer doméstica: devota, laboriosa y buena madre.

El realismo social irrumpe en su obra durante unos cortos pero intensos años (1892-1899). Esta producción va destinada a los grandes certámenes y es ambiciosa tanto técnicamente como en los temas escogidos; Trata de blancas aborda el tema de las mujeres “caídas”, pero lo hace con una mirada compasiva, insinuando la penosa condición de estas mujeres obligadas a ejercer su oficio.

Fuertes y dignas

Joaquín Sorolla. 'Pescadoras valencianas', 1903. Diputación de Valencia.

Joaquín Sorolla. ‘Pescadoras valencianas’, 1903. Diputación de Valencia.

Las principales heroínas populares de Sorolla serán las pescadoras valencianas, vigilando a sus chiquillos en la playa o esperando la llegada de las barcas para ir a vender la pesca del día. La dureza de sus vidas se adivina en la tensión de esas esperas, en el continuo cargar con los niños en brazos además de los cestos de pescado, o en la extrema juventud con que vemos a algunas incorporarse al trabajo, pero la fuerza benéfica del sol suaviza los aspectos más sombríos: ellas aparecen siempre como figuras fuertes, dignas. Mujeres de otras regiones aparecen también en sus cuadros, afanadas en sus tareas, cuidando a sus hijos o simplemente posando, siempre envueltas por el pintor en una mirada admirativa.

En la época de Sorolla pocas mujeres podían aspirar a una independencia cómoda; si no tenían recursos propios solo podrían disponer hasta cierto punto de su vida mediante una voz excepcional, talento escénico o alguna otra cualidad extraordinaria. Sorolla consiguió pronto una clientela escogida entre la alta sociedad. Retrató a burguesas o aristócratas elegantes en cuadros en los que el vestido compite en protagonismo con la propia modelo. Pero también fue requerido por esas mujeres que en su tiempo aspiraban decididamente a ser “modernas”: algunas solamente en lo externo, en su peinado y vestuario (y Sorolla tenía un gran instinto para la moda), otras por su educación y cultura, y otras por sus profesiones artísticas: actrices o cantantes cuya fama y riqueza les permitía una libertad inalcanzable para las demás.

Organizada por el Ministerio de Cultura y Deporte, el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla, en colaboración con la Fundación Bancaja, la exposición cuenta con el patrocinio de Fundación Mutua Madrileña y Fundación Iberdrola.

-Tras su paso por Madrid, Sorolla. Femenino plural viajará a Valencia, donde se exhibirá en la Fundación Bancaja desde el 28 de enero hasta el 30 de mayo de 2021.