Hasta el 30 de julio, la exposición Herrera ‘el Mozo’ y el Barroco total, comisariada por Benito Navarrete, catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, pone de manifiesto su decisiva estancia en Italia, en la que destacó su formación como dibujante y como pintor de naturalezas muertas de peces (fue conocido como Il Spagnolo de gli pexe).

Es precisamente en el campo del dibujo donde se ofrece una de las aportaciones fundamentales de esta muestra, pues se ha conseguido reconstruir toda su actividad gráfica romana gracias a la identificación de un conjunto de dibujos antes atribuidos al círculo del pintor milanés Pier Francesco Cittadini, activo en Bolonia y Roma. Estas obras son esenciales para entender el proceso creativo y formativo de Herrera, y aflorarán en algunos trazos o en ciertos detalles de figuras de pinturas posteriores, como el Triunfo de san Hermenegildo o el Sueño de san José del Prado. Otra de las novedades es la atribución a Herrera del retrato del General de artillería, hasta hoy obra de Francisco Rizi, y que ahora se identifica con Diego de Quiroga Fajardo.

La exposición también pretende ilustrar la influencia de su formación como grabador en Sevilla con su padre, Francisco de Herrera ‘el Viejo’, al igual que su controvertida relación con Bartolomé Esteban Murillo, al que desplazó en algún importante encargo, como en el Triunfo del sacramento de la Eucaristía. Finalmente se hace hincapié en su condición como uno de los más prolíficos, geniales y versátiles dibujantes de nuestro Siglo de Oro, defendiendo a lo largo de toda su carrera la idea del artista total, diseñador de composiciones pictóricas en lienzo, fresco, grabado, retablos, arquitecturas, escenografías teatrales o tapices y responsable de ceremonias funerarias.

In memoriam

La exposición, que cuenta con el patrocinio de la Fundación Amigos del Museo del Prado y la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, está dedicada a Plácido Arango (Tampico, México, 1931 – Madrid, 2020), presidente del Real Patronato del Museo del Prado de 2007 a 2012 y «uno de sus mejores benefactores, apasionado amante del arte cuyo pintor favorito fue, precisamente, Herrera ‘el Mozo’, autor del que donó a la institución el espléndido Sueño de san José incluido en esta exposición», destaca Javier Solana, su actual presidente.

Su faceta de arquitecto inventivo y diseñador, verdadero arte que practicó como nadie, explica también su transversalidad al colaborar con otro tipo de artistas, como los retablistas Sebastián de Benavente o José Simón de Churriguera, que se disputaban sus invenciones y lo convierten por mérito propio en el verdadero introductor del estípite y precursor del salomonismo en la retablística y arquitectura hispánica, representando como nadie el concepto berniniano de la integración de las artes dentro del Barroco total.

Una de las obras más singulares de esta exposición es el manuscrito Los celos hacen estrellas de Juan Vélez de Guevara, iluminado con las escenografías de Herrera ‘el Mozo’, un testimonio único que se exhibe por primera vez en Madrid gracias al préstamo excepcional de la Österreichische Nationalbibliothek de Viena. Esta zarzuela, la más antigua cuya música se conserva, se repuso en exclusiva mundial el pasado 14 de julio en el auditorio del Museo.

Influyente y… desconocido

Herrera 'el Mozo' y el Barroco total. Foto: ©Luis Domingo.

Herrera ‘el Mozo’ y el Barroco total. Foto: © Luis Domingo.

Herrera ‘el Mozo’ es uno de los artistas más influyentes y a la vez más desconocidos de nuestra pintura barroca. A pesar del prestigio de que gozó en vida, y de lo controvertida y envidiada que fue su figura como pintor, dibujante, grabador, escenógrafo y arquitecto inventivo, su personalidad no había sido todavía rehabilitada en su justa medida. La exposición que le dedica el Prado pretende arrojar luz sobre su obra, analizando la construcción historiográfica de su perfil, su poliédrica identidad artística y el análisis de su proceso creativo gracias a la numerosa información técnica obtenida de la restauración de su pintura.

Herrera ‘el Mozo’ y el Barroco total reúne en el Prado lo más importante de su producción, como El Triunfo del Sacramento de la Eucaristía, prestado por la Archicofradía Sacramental del Sagrario de Sevilla; el Sueño de san José, de la iglesia de Aldeavieja de Ávila, que ha significado literalmente la resurrección de esta pintura, como igualmente ha ocurrido con el Cristo camino del calvario, prestado por el Museo Cerralbo, que ha recobrado gran parte de su esplendor.