Esta muestra, comisariada por Andrés Garay y Stefano Klima, incluye también la mirada de fotógrafos contemporáneos a Chambi. Desde los precursores, como Max T. Vargas o Luigi Gismondi, hasta los de mediados de siglo XX, con figuras como Robert Frank, Irving Penn o Pierre Verger. Todos ellos compartieron «escenario» en algún momento de sus carreras: Cuzco y los Andes.

Stefano Klima destaca que «es la primera vez que se establece una conversación entre probablemente uno de los fotógrafos más importantes de la primera mitad del siglo XX en Sudamérica y otros grandes maestros que itineraron por los Andes del sur andiperuano y boliviano durante el mismo periodo de producción de Chambi». Klima destaca también la peculiaridad de la fotografía del peruano: «Las copiaba con unas técnicas y unos químicos especiales con los que obtenía esos colores tan particulares, con lo que reivindicaba su posición de artista en la sociedad cuzqueña».

La exposición reúne alrededor de 130 fotografías, entre las cuales hay 90 de Martin Chambi. La más antigua es de Max T. Vargas, tomada en Cuzco en 1897, foto que, según Klima, probablemente Vargas le mostrara a su alumno Chambi en Arequipa, lo que animaría a éste a trasladarse y documentar la región.

Para Andrés Garay, «la mentalidad de Chambi era la de difundir y dar a conocer las riquezas de Cuzco y de la historia andina». De hecho, «en los avisos publicitarios que publicó en los años 30 afirma tener entre sus méritos el haber dado a conocer al mundo las maravillas y la riqueza de la tierra de los incas». Además recuerda que en la década de 1920 Cuzco atravesaba una época de revelación arqueológica: el Machu Picchu se había redescubierto en 1911, pero no pudo accederse a él hasta los años 20. Es por ello que Chambi contribuyó enormemente a difundir el conocimiento de la región.

Las fotografías de esta exposición, que se enmarca en PHotoEspaña, pertenecen a la Colección Jan Mulder, uno de los coleccionistas más importantes de Sudamérica y el más activo del Perú.

La vida andina

Entre las décadas de 1920 y 1950, Martín Chambi se consolidó como el fotógrafo más importante del Perú y de Latinoamérica mientras documentó ampliamente la vida andina: las actividades rurales, el paisaje, los innumerables enclaves arqueológicos, las fiestas populares y urbanas, la llegada de la modernidad –avión, moto, carreteras, fábricas–, los grupos y tipos autóctonos y todo aquello que consideró significativo.

Su centro de operaciones fue el estudio cuzqueño donde atendió una gran demanda de retratos artísticos y encargos oficiales y privados. De hecho, las miradas diversas e inquietantes de Martín Chambi y de sus contemporáneos tempranos –como Vargas o Gismondi–, o de mediados de siglo –como Frank, Penn o Verger– se encontraron en un escenario común: Cuzco y los Andes.